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Verano y humo

Drama Adaptación del drama homónimo de Tennessee Williams, ambientado en una pequeña población de Mississippi. Desde siempre, Alma (Geraldine Page), una joven tímida y muy espiritual, ha estado enamorada de John Buchanan (Laurence Harvey), un médico de ideas materialistas que sólo tiene ojos para Rosa Zacharias (Rita Moreno), la apasionada y desenvuelta hija del dueño del casino. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
23 de junio de 2010
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegué a esta película atraído principalmente porque estaba basada en una obra del prestigioso Tennessee Williams, maestro por excelencia de los dramas apasionados.
La película raya casi a la altura de sus mejores obras. Sembrada de pasión, diálogos cargados de deseos reprimidos y con una enorme carga erótica.
Quizás el lastre que pueda acusar es una excesiva influencia de la base teatral sin que por ello se resiente la fluidez narrativa.
La historia gira en torno a Alma (Geraldine Page) hija de un predicador y de una madre desequilibrada mentalmente y con graves tendencias cleptómanas. Alma se enamora perdidamente desde muy pequeña de John (Laurence Harvey) a pesar de que este se burla de sus ideas espirituales, ella le sigue esperando hasta que John aparece un verano reavivandose las cenizas de un viejo amor que aun sigue latente.
Digno es de resaltar la magnifica interpretación de Geraldine Page (nominada al Oscar por éste trabajo) dando vida a una mujer condenada de por vida a amar a un hombre del que le separan muchas cosas. Ella ama con las entrañas del corazón y él lo hace con la entrepierna.
El resto del plantel cumple correctamente aunque yo deseo resaltar también a Rita Moreno que borda el papel de una latina que es puro fuego.
Sin duda un drama al más puro estilo Tennessee Williams. Pasiones desenfrenadas, celos, mentiras, deseos reprimidos, diálogos punzantes, y sexo reprimido son el caldo de cultivo en el se mueven sus principales personajes.
Para concluir una obra poco conocida a razón de los pocos usuarios que le han otorgado su voto. Pero que sin duda supondrá una grata sorpresa para todos los amantes del cine de calidad.
Walter Neff
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5 de enero de 2013
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me quito el sombrero ante Peter Glenville… y mi más profunda manifestación de aprecio a Geraldine Page, pues su talento y profesionalismo, son los que han puesto el gran sello de la trascendencia a la amarga pero realista obra del inmortal Tennessee Williams, “VERANO Y HUMO”. Ya la Page se había ganado el Drama Award de la crítica newyorkina por su representación en las tablas de la valiente pero solitaria Alma, y al momento de emprender el proyecto fílmico, Glenville supo que no podía ser otra diferente a ella, quien dejara para la posteridad esta soberbia representación.

El director inglés (¡cómo fue posible que tan solo hiciera siete películas!) consigue captar a plenitud la honda inconformidad de Williams frente a la sociedad que padeció, y se consagra al personaje de Alma como ejemplo palpitante de la mujer de espíritu, brillante y sensitiva, para la que pareciera no haber lugar en este mundo signado por el materialismo. Y para ilustrar al hombre superficial y físico, toma como preclaro ejemplo al médico al que la misma universidad solo ha preparado para captar la materia contenida en el cuerpo, sin conseguir trascender de ella ni siquiera un ápice.

Alma es culta, indaga, se cuestiona, y cree primero en la fuerza del espíritu y en la trascendencia del amor, antes de dar el paso hacia la corporalidad del mismo. Pero aquella Glorious Hill (Colina de la Gloria) donde habita, es un mundo donde prima la carne y el instinto, y donde saber vivir consiste en jugar, beber y tener sexo. Por esto, su intenso amor por John Buchanan quizás sea una eterna decepción, pues el médico está bien adaptado a la “cultura” de su tierra, y sus escasos interrogantes y reflexiones, los supera enseguida que una mórbida carne o una pelea de gallos se interponen en su camino.

Una puesta en escena meticulosamente cuidada, recrea la magia de la tierra con sus días cálidos y sus románticas noches, sutilmente contrastada con el barullo y la lobreguez de aquellos espacios donde se desvanecen los valores. Una emotiva música acentuada por los violines, refuerza los más dramáticos momentos con efectiva precisión. Unos diálogos rigurosamente escogidos para decir, con altura, lo preciso y lo oportuno, y para sacar a flote el más hondo sentir de sus contrastados personajes, elevan grandemente el relieve de la historia. Y el resto, es nada menos que esa potente presencia actoral, donde Geraldine Page se lleva todas las palmas, pues su personaje reclama un fuerte autocontrol y una capacidad de decir más con lo que siente que con lo que habla, que solo una actriz de su talante podía lograr tal proeza. El Globo de oro y la nominación a los Oscar, fueron solo un mínimo reconocimiento a su esplendorosa labor.

Citando a Oscar Wilde, la maestra de canto le dice a su obtuso enamorado: “Todos estamos en el arroyo, pero algunos miramos hacia las estrellas”. Alma lo tiene claro y así ha vivido hasta ahora. Pero queda esperar que, la incomprensión y la fatuidad masculina, no la forcen a ella –ni a las pocas Almas que quedan en el mundo- a hundir el rostro en el arroyo para poder encontrar ese efluvio de felicidad que, pocos como ellas, se merecen.
Luis Guillermo Cardona
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6 de agosto de 2012
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un año antes de su aclamada "Escándalo en las aulas", Peter Glenville, un director de cine inglés proveniente del teatro (fue director del Old Vic Theatre londinense), dirigió esta adaptación de la obra teatral homónima de Tennessee Williams.
No es ésta una obra muy conocida de Williams, en la que se repiten los tópicos de este autor norteamericano: la imposibilidad amorosa en la zona del Misisipi (lugar donde se desarrollan la mayor parte de sus obras), una familia que esclaviza e impide el amor y la libertad de sus miembros, la decadencia de la clase social acomodada...
Glenville, al igual que Williams, era también homosexual, sin embargo este film no desarrolla el amor entre el mismo sexo, sino la imposibilidad del amor entre dos hijos en una pequeña población al borde de las marismas del Mississippi: Un alcohólico aspirante a doctor como su padre, interpretado brillantemente por el siempre repeinado y bien vestido Harvey (que al año siguiente interpretaría La gata negra, también basada en Williams) y la hija de un predicador sin más ambición vital que estar enamorada de John-Harvey, interpretada por la excelente Geraldine Page, aunque tiene más años que el personaje que interpreta, que al año siguiente sería candidata al óscar por otra adaptación de Williams, Dulce pájaro de juventud, acompañando a un inmenso Newman, y que fue lanzada al estrellato en Broadway intrepretando este mismo papel en 1952. Interponiéndose entre esta pareja se encuentra una exótica Rita Moreno (Rosa en el film), que borda su excitante papel como femme fatale y conduce a la tragedia de los personajes, sobre todo en el baile latino bajo los acordes de Elmer Berstein.
A destacar dos momentos: 1-El diálogo entre Harvey y la Page (Alma es el nombre de su personaje) delante de un dibujo del cuerpo humano, mientras él le explica para qué sirve la razón-cabeza, el estómago y los órganos genitales; 2- El prólogo con los niños bajo la estatua.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
shakespeareforever
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1 de febrero de 2011
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegué a esta película por casualidad, pero desalentado. Desalentado porque casualmente recordaba una crítica, una mala crítica, que la tachaba de mediocre. Así que la vi sin expectativas, esperando, al menos, no aburrirme. Pero no, no me aburrí. Porque la película fluye in crescendo. La intensidad se eleva en suave pendiente y, voilá, cierra completando una notable película de esas viejunas, pero con enorme literatura detrás, interesantes diálogos y grandes interpretaciones. Tanto, que me obligan a recomendar el filme. Eso sí, obligatorio verla en VOSE.
Semaolvidao
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12 de diciembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ser estudioso del cine y sus técnicas, soy espectador; del mismo modo en que, antes de ser escritor de novelas, soy lector. Filmaffinitty es un punto de referencia para el espectador, y todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: BUENA.
Las obras de Tennesse Williams tienen merecida fama. «Verano y humo» es una de ellas, y Geraldine Page es sinónimo de buena interpretación, sobre todo en el mundo del famoso dramaturgo. En ella y en Laurence Harvey recae todo el peso del filme. Como es habitual, la historia se desarrolla en un ambiente sureño y decadente, que poco a poco irá tornándose opresivo conforme las soterradas emociones y los vehementes impulsos humanos hacen aparición. Los secundarios es algo muy a tener en cuenta en las películas basadas en obras de Tenesse Williams, pues ellos dan magnitud y densidad a la historia, arropándola con sus justas interpretaciones. La elección para la presente no puede ser mejor, como se podrá comprobar, a pesar de que la gigantesca Page devore con su presencia las diferentes secuencias. Como actriz con muchas tablas, siempre se le achacó su tendencia a la sobre actuación; aquí luce tan histriónica como hierática, lo cual es una demoledora conjunción. No se la pierdan.
Jose Ramon Sales
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