El internado

Una de esas películas que no admite demasiados matices, se la puede ver como un bodrio extraño, inconexo, pretencioso y lento, o como una obra fascinante, compleja, detallista, intensa, cruel y dulce a la vez. Yo soy partidario de lo segundo, pero entiendo a los primeros, si esperan una historia de género más clásica sobre un internado siniestro, obvio que los decepcionará, y seguramente odien al protagonista, pero si se dejan absorber por la propuesta y entrar en su mundo, se disfruta muchísimo, incluso sus fallas que las tiene, sobre todo algunos de los diálogos suenan pretenciosos y varias escenas innecesarias al principio, pero son compensadas con su fuerza narrativa, y su collage de elementos clásicos del género, hay una mezcla de parodia y homenaje, una re-escritura se podría decir del cine noir de los años 40 y 50, cosa que considero es uno de sus principales aciertos.

A mi me parece una película que se deja ver. Los actores, sobre todo los adolescentes, actúan bien (sobre todo la pareja protagonista, Luke Prael y Sterling Jerins). La historia avanza bien, sin grandes sustos, con algún giro más o menos sorprendente, algo de gore (sin pasarse) hasta llegar a un final que algunos califican de previsible, pero con una vuelta de tuerca que no me esperaba y que me gustó por salirse de lo trillado. (spoiler)

La fotografía es buena: colores claros, y buen contraste. Cierto que algunos efectos (como las llamas) son cantosos de ordenador... pero es que, si no tuviese defectos, nos hallaríamos ante una obra maestra, y no lo es.

Interesante, y abierta a interpretaciones, la historia de la anciana abuela y los flashbacks: ¿cómo influyen en Jacob? (Spoiler)

Con esta película quedé en medio de un balance con tanta cantidad de elementos buenos como malos. Sale bien parada en que el personaje principal no cae en tópicos. Es muy sutil en como va llevando la trama. Pero, un final predecible resta en el hasta ese momento bastante buen guión.

Terror que no asusta y drama que no conmueve. Con esa frase queda explicado el bajo puntaje otorgado a esta película. Una trama que nunca termina de despegar, personajes poco elaborados con los que nos cuesta conectar, y flojas actuaciones, terminan por dejarnos con sabor a muy poco.
Un destello en la oscuridad es la más que interesante interpretación de Christopher Dylan White, con su síndrome de Tourette muy bien logrado, solo por buscar algo que haya hecho valer la pena mirar la película sin abandonarla.

La verdad es que uno no sabe muy bien qué es lo que ha visto cuando acaba esta película. Es todo un revoltijo de ideas inconexas y sin ningún sentido que no aportan absolutamente nada a lo que ocurre. No sé si lo que he visto es otro panfleto más de las nuevas teorías de género postmodernistas, un fallido intento de "shiamalanismo" que no sorprende a nadie con, quizá, historia de reencarnación de por medio, o una pretenciosa historia de terror psicológico que se lo tiene demasiado creído. Sueños en plan paranormal, golpes de efecto que no conducen a nada, y escenas que pretenden ser perturbadoras pero que la vez parecen querer hacer apología de algo... No sé qué demonios es esto, pero lo realmente negativo a pesar de lo que he dicho, es que es lenta, aburrida, no genera la tensión que pretende, y el final es bastante idiota.
Mención aparte el patético incendio hecho por ordenador. Qué lástima todo, de verdad.