Errante corazón
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Drama
Santiago es un hombre quebrado emocionalmente, que parece no tener ningún tipo de eje y está totalmente a la deriva en su vida personal. Junto a Laila, su hija adolescente, vivirá lo que parece ser un verano caótico en Argentina y en Brasil, pero termina siendo un punto de inflexión en la relación y vidas de ambos.
27 de marzo de 2022
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Heridas difíciles de sanar
Indudablemente, desde el mismo momento de nacer, el comportamiento de los demás hacia nosotros influye en nuestro carácter. En nuestros miedos, frustraciones y en nuestra forma de amar.
Ámame es como un espejo en el que se reflejan las viejas heridas que a lo largo de los años siguen abiertas, supurando. Querer sanar, salir de ese bucle que cada vez se retuerce más al tomar decisiones desacertadas, conduce a un dolor indescriptible.
Laila, interpretada por una entregada Miranda de la Serna, una joven actriz argentina que sabe construir una cercana complicidad en la pantalla, es la hija de Santiago (Leonardo Sbariglia). Ella misma sufrirá en su persona las carencias de su padre y también las de su madre, una mujer desequilibrada que nunca debía de haber tenido hijos.
*Madres ausentes
Eva Llorach, la madre de Laila, interpreta un papel corto pero primordial en Ámame. La búsqueda de algo que ni ella misma sabe bien qué es, explicará la añoranza y desarraigo que siente su adolescente hija.
El resultado de tener esos peculiares padres es algo que también marcará su rebeldía, su inconformismo y su ira contenida, que resultarán ser una bomba de relojería. Explotará cuando se sienta herida, y eso, lamentablemente para ella, ocurre a menudo.
*Amar a cualquier precio
Sentirse solo, a la deriva, no tiene género. Hombres y mujeres experimentan las mismas emociones, sólo que hay personas que tienden a la autodestrucción inconscientemente. Drogas, alcohol, promiscuidad... no son la solución de ese vacío que, paradójicamente, llena el alma.
La euforia que se siente cuando te atrae otra persona, aunque no sea la acertada, puede llegar a hacer perder la dignidad. Y cada vez se cae más y más profundo en ese pozo que uno mismo va excavando.
*Conclusión
Se trata de la búsqueda de la felicidad. Un Leonardo Sbariglia entregado en cuerpo y alma para representar el dolor de un pasado que sigue presente. De unas heridas que nunca terminan de curar porque no se sabe amar a sí mismo, pensando que el amor se lo van a dar los demás.
Del amor con mayúsculas, ese del que sus protagonistas nunca se han nutrido siendo niños y que arrastran como una pesada losa que les impide quererse a ellos mismos.
Escrito por Irene Abecia Navarro
Indudablemente, desde el mismo momento de nacer, el comportamiento de los demás hacia nosotros influye en nuestro carácter. En nuestros miedos, frustraciones y en nuestra forma de amar.
Ámame es como un espejo en el que se reflejan las viejas heridas que a lo largo de los años siguen abiertas, supurando. Querer sanar, salir de ese bucle que cada vez se retuerce más al tomar decisiones desacertadas, conduce a un dolor indescriptible.
Laila, interpretada por una entregada Miranda de la Serna, una joven actriz argentina que sabe construir una cercana complicidad en la pantalla, es la hija de Santiago (Leonardo Sbariglia). Ella misma sufrirá en su persona las carencias de su padre y también las de su madre, una mujer desequilibrada que nunca debía de haber tenido hijos.
*Madres ausentes
Eva Llorach, la madre de Laila, interpreta un papel corto pero primordial en Ámame. La búsqueda de algo que ni ella misma sabe bien qué es, explicará la añoranza y desarraigo que siente su adolescente hija.
El resultado de tener esos peculiares padres es algo que también marcará su rebeldía, su inconformismo y su ira contenida, que resultarán ser una bomba de relojería. Explotará cuando se sienta herida, y eso, lamentablemente para ella, ocurre a menudo.
*Amar a cualquier precio
Sentirse solo, a la deriva, no tiene género. Hombres y mujeres experimentan las mismas emociones, sólo que hay personas que tienden a la autodestrucción inconscientemente. Drogas, alcohol, promiscuidad... no son la solución de ese vacío que, paradójicamente, llena el alma.
La euforia que se siente cuando te atrae otra persona, aunque no sea la acertada, puede llegar a hacer perder la dignidad. Y cada vez se cae más y más profundo en ese pozo que uno mismo va excavando.
*Conclusión
Se trata de la búsqueda de la felicidad. Un Leonardo Sbariglia entregado en cuerpo y alma para representar el dolor de un pasado que sigue presente. De unas heridas que nunca terminan de curar porque no se sabe amar a sí mismo, pensando que el amor se lo van a dar los demás.
Del amor con mayúsculas, ese del que sus protagonistas nunca se han nutrido siendo niños y que arrastran como una pesada losa que les impide quererse a ellos mismos.
Escrito por Irene Abecia Navarro
11 de noviembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de Ámame la hemos visto ya muchas veces, y la hemos visto mejor.
Personaje principal perdido en la vida, que trata de llenar su vacío existencial a base de drogas, alcohol y multitud de relaciones esporádicas, y que más adelante se embarca en un viaje emocional y físico para recuperar su relación con su hija y, quizá, encontrar esa motivación para reconducir una existencia sin rumbo.
Nada nuevo bajo el sol, pero aun así, la película de Leonardo Brzezicki se las apaña para ser no sólo entretenida, sino también memorable en la descripción de personajes y situaciones y en los diálogos que recitan los primeros.
Pero, sobre todo, es una película memorable por la lección de actuación magistral que da un soberbio Leonardo Sbaraglia. El protagonista de En la ciudad o Intacto muestra una vulnerabilidad y emotividad que ha encontrado en los últimos años de su carrera reciente, y que tan bien explotó, por ejemplo, en su precioso e inolvidable personaje de Dolor y gloria. Además, desprende a la vez una vitalidad y una emoción contagiosas, y está tan atractivo y carismático como siempre. Un trabajo superlativo.
Notable bajo, pero notable.
Lo mejor: Leonardo Sbaraglia, impresionante y maravilloso.
Lo peor: La historia está ya bastante vista.
Personaje principal perdido en la vida, que trata de llenar su vacío existencial a base de drogas, alcohol y multitud de relaciones esporádicas, y que más adelante se embarca en un viaje emocional y físico para recuperar su relación con su hija y, quizá, encontrar esa motivación para reconducir una existencia sin rumbo.
Nada nuevo bajo el sol, pero aun así, la película de Leonardo Brzezicki se las apaña para ser no sólo entretenida, sino también memorable en la descripción de personajes y situaciones y en los diálogos que recitan los primeros.
Pero, sobre todo, es una película memorable por la lección de actuación magistral que da un soberbio Leonardo Sbaraglia. El protagonista de En la ciudad o Intacto muestra una vulnerabilidad y emotividad que ha encontrado en los últimos años de su carrera reciente, y que tan bien explotó, por ejemplo, en su precioso e inolvidable personaje de Dolor y gloria. Además, desprende a la vez una vitalidad y una emoción contagiosas, y está tan atractivo y carismático como siempre. Un trabajo superlativo.
Notable bajo, pero notable.
Lo mejor: Leonardo Sbaraglia, impresionante y maravilloso.
Lo peor: La historia está ya bastante vista.
12 de noviembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Evocadora y triste. Se mueve entre esos afectos esquivos que Santiago (Leonardo Sbaraglia) necesita y no encuentra... Una historia de sutil intensidad, con interpretación sensible y profunda del actor argentino.
Su argumento es llano pero no simple, sensible, pero no azucarado. En ningún momento se banalizan los sentimientos, aunque nadie en su entorno parezca entenderlos... solo busca que lo quieran, y en nadie halla cobertura a su apremio por obtener ese amor definitivo y compensatorio.
Su argumento es llano pero no simple, sensible, pero no azucarado. En ningún momento se banalizan los sentimientos, aunque nadie en su entorno parezca entenderlos... solo busca que lo quieran, y en nadie halla cobertura a su apremio por obtener ese amor definitivo y compensatorio.
18 de octubre de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sumario
Hay algo que no termina de estar claro en la película de Leonardo Brzezicki, en un relato que comienza como in media res sobre una deriva que es pura crisis., pero ¿crisis debido a qué? A lo mejor se trata de sumergirnos en el confundido punto de vista de su protagonista, que se maneja a puro impulso, durante unas fiestas de fin de año que agudizan la necesidad de balances.
De lo que no cabe duda, es de la extraordinaria actuación de Leonardo Sabaraglia, repleta de matices y en la que pone literalmente el cuerpo, en una película que, irónicamente, no termina de pintar adecuadamente a su protagonista dejando todo en manos de las emociones que transmite.
Reseña:
Unos días de fin de año en la crisis afectiva de mediana edad de Santiago (Leonardo Sbaraglia), buscando afianzar sus vínculos y redefinir otros.
Hay algo que no termina de estar claro en la película de Leonardo Brzezicki, en un relato que comienza como in media res sobre una deriva que es pura crisis., pero ¿crisis debido a qué? A lo mejor se trata de sumergirnos en el confundido punto de vista de su protagonista, que se maneja a puro impulso. Tal vez las fiestas de fin de año agudicen la necesidad de balances.
La película comienza con Santiago en una partuza(1) gay en la casa de Federico, un amigo español (Iván González). ¿Acaso pretende el director referir este tipo de reuniones de sexualidad libre como un discutible indicador de una vida sin rumbo y vacía?
Santiago lleva adelante en solitario la paternidad de Laila, una hija adolescente (Miranda de la Serna; los actores jóvenes argentinos tienen serios problemas de dicción), que acaba de terminar su secundaria y con quien tiene una relación por momentos conflictiva. Tampoco tiene del todo resuelto el vínculo con su ex Luis (Alberto Ajaka). En lo profesional le va bien (al frente de un restaurante elegante que maneja con solvencia y firmeza), denotando una pertenencia claramente ABC1. Claramente, el malestar no viene por aquí.
Santiago se impone (¿de golpe?) volver a amar y ser amado, abalanzándose sobre sus vínculos disponibles, actuales y pasados, obrando por puro impulso y con escasa introspección. Hay elementos de relatos de deriva en la historia y en la puesta en escena urgente de Brzezicki que recuerdan a las películas de Anahí Berneri (sobre todo Un mundo sin amor, Por tu culpa y Aire libre, esta última también con Sbaraglia), pero sin lograr su profundidad psicológica o forzando un poco la comparación, con la película francesa El hombre herido.
Que se trate de una coproducción agrega un forzada (e involuntariamente cómica) diversidad vincular a una historia donde hay un amigo español, una exesposa española pero que vive en Brasil y posibles intereses románticos chilenos y brasileños.
De lo que no cabe duda, es de la extraordinaria actuación de Leonardo Sabaraglia, repleta de matices y en la que pone literalmente el cuerpo, en una película que, irónicamente, no termina de pintar a su protagonista, dejando todo en manos de las emociones que transmite.
https://impresionescinefilas.wordpress.com/2021/10/18/errante-corazon-wandering-heart/
Hay algo que no termina de estar claro en la película de Leonardo Brzezicki, en un relato que comienza como in media res sobre una deriva que es pura crisis., pero ¿crisis debido a qué? A lo mejor se trata de sumergirnos en el confundido punto de vista de su protagonista, que se maneja a puro impulso, durante unas fiestas de fin de año que agudizan la necesidad de balances.
De lo que no cabe duda, es de la extraordinaria actuación de Leonardo Sabaraglia, repleta de matices y en la que pone literalmente el cuerpo, en una película que, irónicamente, no termina de pintar adecuadamente a su protagonista dejando todo en manos de las emociones que transmite.
Reseña:
Unos días de fin de año en la crisis afectiva de mediana edad de Santiago (Leonardo Sbaraglia), buscando afianzar sus vínculos y redefinir otros.
Hay algo que no termina de estar claro en la película de Leonardo Brzezicki, en un relato que comienza como in media res sobre una deriva que es pura crisis., pero ¿crisis debido a qué? A lo mejor se trata de sumergirnos en el confundido punto de vista de su protagonista, que se maneja a puro impulso. Tal vez las fiestas de fin de año agudicen la necesidad de balances.
La película comienza con Santiago en una partuza(1) gay en la casa de Federico, un amigo español (Iván González). ¿Acaso pretende el director referir este tipo de reuniones de sexualidad libre como un discutible indicador de una vida sin rumbo y vacía?
Santiago lleva adelante en solitario la paternidad de Laila, una hija adolescente (Miranda de la Serna; los actores jóvenes argentinos tienen serios problemas de dicción), que acaba de terminar su secundaria y con quien tiene una relación por momentos conflictiva. Tampoco tiene del todo resuelto el vínculo con su ex Luis (Alberto Ajaka). En lo profesional le va bien (al frente de un restaurante elegante que maneja con solvencia y firmeza), denotando una pertenencia claramente ABC1. Claramente, el malestar no viene por aquí.
Santiago se impone (¿de golpe?) volver a amar y ser amado, abalanzándose sobre sus vínculos disponibles, actuales y pasados, obrando por puro impulso y con escasa introspección. Hay elementos de relatos de deriva en la historia y en la puesta en escena urgente de Brzezicki que recuerdan a las películas de Anahí Berneri (sobre todo Un mundo sin amor, Por tu culpa y Aire libre, esta última también con Sbaraglia), pero sin lograr su profundidad psicológica o forzando un poco la comparación, con la película francesa El hombre herido.
Que se trate de una coproducción agrega un forzada (e involuntariamente cómica) diversidad vincular a una historia donde hay un amigo español, una exesposa española pero que vive en Brasil y posibles intereses románticos chilenos y brasileños.
De lo que no cabe duda, es de la extraordinaria actuación de Leonardo Sabaraglia, repleta de matices y en la que pone literalmente el cuerpo, en una película que, irónicamente, no termina de pintar a su protagonista, dejando todo en manos de las emociones que transmite.
https://impresionescinefilas.wordpress.com/2021/10/18/errante-corazon-wandering-heart/
26 de abril de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Errante Corazón es es título que mejor le pega al film. Un film que tiene corazón y es errático.
su director, leonardo Brzezicki nos plantea un film que se sustenta en las emociones que su protagonista, Leonardo Sbaraglia consigue transmitir. Un personaje en plena crisis vital, un papel arriesgado, complejo y difícil de defender. Brzezicki consigue que el público empatice ante los claroscuros del personaje protagonista, que el film va retratando (la relación con su hija, con su ex, con la madre de su hija (espectacular Eva Llorach como siempre).
El film también acierta en el tono con que captura las escenas cotidianas de conflicto, o los momentos de desfase del personaje. Naturalidad y realismo, sin olvidar detalles que humanizan a los personajes y matices que dan autenticidad a las situaciones. El desarrollo dramático es un tanto caótico, pero congenia muy bien con el momento que vive su protagonista.
Un film muy digno que consigue transmitir emoción más allá de sus imperfecciones.
su director, leonardo Brzezicki nos plantea un film que se sustenta en las emociones que su protagonista, Leonardo Sbaraglia consigue transmitir. Un personaje en plena crisis vital, un papel arriesgado, complejo y difícil de defender. Brzezicki consigue que el público empatice ante los claroscuros del personaje protagonista, que el film va retratando (la relación con su hija, con su ex, con la madre de su hija (espectacular Eva Llorach como siempre).
El film también acierta en el tono con que captura las escenas cotidianas de conflicto, o los momentos de desfase del personaje. Naturalidad y realismo, sin olvidar detalles que humanizan a los personajes y matices que dan autenticidad a las situaciones. El desarrollo dramático es un tanto caótico, pero congenia muy bien con el momento que vive su protagonista.
Un film muy digno que consigue transmitir emoción más allá de sus imperfecciones.
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