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Sakho & Mangane (Serie de TV)

Serie de TV. Thriller. Acción Un estricto capitán de policía y un joven e impetuoso detective deben trabajar juntos para enfrentarse a lo sobrenatural cuando fuerzas extrañas provocan caos en Dakar.
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
12 de enero de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sakho y Mangane es una serie senegalesa dirigida por Jean Luc Herbulot. Esta producción combina vastas influencias occidentales con aspectos propios de la cultura del oeste africano en un paquete que, pese a ciertas desprolijidades, no dejará a nadie indiferente.

La trama sigue los pasos de los titulares Sakho y Mangane; uno serio y profesional, el otro joven y desaliñado. Esta pareja despareja se ve obligada a trabajar en conjunto en una flamante división de la policía de Dakar, recientemente fundada para investigar crímenes complejos y brindar prestigio a las fuerzas de seguridad de la nación.

Sin embargo, pronto descubriremos que la complejidad de estos casos transciende las complicaciones con las que deben enfrentarse diariamente el equipo de CSI (análogamente, reemplácese por cualquier otro policial procedurial del mercado). Estas investigaciones pondrán a nuestros protagonistas cara a cara con sicarios invulnerables a las balas, muertos por ahogamiento a kilómetros del agua y aparentes posesiones demoníacas.

Este es uno de los aspectos en los que la personalidad propia de la serie sale a relucir: el folclore del oeste de África informa la trama de formas sutiles pero constantemente perceptibles. Múltiples personajes formulan la observación que mejor resume el núcleo temático de esta producción: "Senegal es una tierra llena de misterios, pero también es una tierra moderna". La yuxtaposición entre lo moderno y lo ancestral, el conflicto entre la aspiración a una forma de progreso occidentalista y la propia identidad de los personajes, estos aspectos están presentes de principio a fin.

Sin embargo, la personalidad propia de esta producción no solo se percibe en las ocurrencias sobrenaturales que flotan alrededor de la trama; el factor humano del guión también sirve para anclar firmemente esta historia en su escenario. Las vidas de los personajes y sus interacciones van pintando de manera sutil un mundo que no se ve muy seguido en el cine. Finalmente, el conflicto central a la trama sobrenatural se ve reflejado en las historias personales de Sakho y Mangane, cargándolo de un significado que redobla su impacto.

El impacto emocional que suscita la serie no sería posible sin personajes a la altura de las circunstancias. En este sentido no puedo hacer más que elogiar a todo el reparto de esta producción, compuesto por muy buenos actores que son capaces de transmitir solemnidad, emoción o humor según mande la ocasión. En particular debo resaltar a los protagonistas, Issaka Sawadogo (Sakho) y Yann Gael (Mangane), así como a Christophe Guybet. Este último interpreta a un médico francés que, a causa de un incidente no especificado, se ve obligado a una suerte de exilio en la capital senegalesa. Allí se desempeña como médico forense para la policía de Dakar entre trago y trago de los misteriosos brebajes que lleva en su petaca. Este personaje ejemplifica uno de los mejores aspectos de la serie; incluso en su calidad de "comic relief" (personaje cuya función en la historia es aportar distensión a través de la comedia), este tiene una historia creíble que ayuda a construir la imagen del escenario en el que transcurre la trama.

Desgraciadamente, no todos los aspectos de esta producción son positivos. En ocasiones el hilo del guión se hace difícil de seguir; pareciera que los cincuenta minutos por episodio no siempre alcanzan para desarrollar satisfactoriamente los misterios. Por este motivo, no es inusual que las conclusiones de algunos capítulos se den de manera forzada o apurada. En otras ocasiones, la sucesión de escenas también puede resultar confusa (probablemente fruto de la falta de tiempo para el montaje o de un diálogo poco fluido entre director y editores). Por último, los abundantes tiroteos y peleas son demasiado lentos y no están particularmente bien filmados. La acción es el gran talón de Aquiles de las producciones de países con una industria del cine poco desarrollada, y esta no es la excepción.

En conclusión, Sakho y Mangane es una propuesta que funde los tópicos de seriales policiales a los que estamos tan acostumbrados con una personalidad propia profundamente anclada en su lugar de procedencia. Los lectores que hayan llegado hasta este punto merecen saber que esta serie, estrenada en 2019, solo cuenta con una temporada. Pasados cuatro años, una continuación parece poco probable. Sin embargo, los que se vieron intrigados por esta atípica propuesta no se deberían ver acobardados por este prospecto; después de todo Senegal es una tierra de misterios profundos, tan profundos que quizá sería ingenuo pretender su respuesta.
German
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