La puerta y la mujer del carnicero

"La puerta y la mujer del carnicero" son, respectivamente, un cortometraje (dirigido por Luis Alcoriza) y un mediometraje (dirigido por Ismael Rodríguez y Chano Urueta) que fueron unidos para poder ser proyectados en las salas de cine. Lo triste de esto es que son las únicas piezas de un proyecto que apenas pudo arrancar. Originalmente esta película iba a formar parte de una saga producida por Ismael Rodríguez titulada “Antología del miedo”, la cual englobaría un total de 26 producciones. Sin embargo, la falta de financiación y el resto de compromisos de los directores que iban a participar en el proyecto hicieron que no se pudiera seguir con el.

El primer "episodio", La puerta, perfectamente podría valer como un episodio de "La dimensión desconocida" original (salvo por el uso de color), ya no sólo por su duración sino por compartir varias características que hicieron de la serie de Rod Sterling un fenómeno de culto. Un suceso inexplicable que ocurre en un único escenario acompañado además por la voz de un narrador al principio y al final, además de llevar un mensaje de crítica social bastante fuerte. Al estar ambientada en el presente (al menos en el momento de la grabación, pero es un tiempo que podemos reconocer como "nuestro") y al ser prudente con lo que enseña y deja de enseñar, se consigue una sensación perturbadora. Como bien dice el narrador, "el hombre, por instinto, le teme a lo inexplicable".


En el segundo "episodio", La mujer del carnicero, protagonizada por Ignacio López Tarso (que protagonizó "Macario", posiblemente la película de terror mexicana más famosa e importante jamás hecha), aun doblando en duración a su predecesora, no se consigue un efecto similar. Si en el anterior segmento se nos daba una obra ágil y actual, con momentos de terror bien llevados y una fuerte crítica a la burguesía y a su forma de comportarse frente a los problemas, aquí nos encontramos una obra lenta y ambientada en el pasado, durante la revolución mexicana, con una moraleja manida. La diferencia principal entre el trato del terror entre una y otra es que en el primer segmento se trata con seriedad y sutileza, mientras que el segundo tira más por la comedia, o el intento de la misma, de una forma infantil y tosca. A su favor diré que cuenta con un montaje bastante original y un potente (aunque escaso) repertorio visual que juega con la perspectiva de los personajes durante el tercer acto, poco más.

Nota de cada segmento:

La puerta: 8.

La mujer del carnicero: 3.

Ojalá se pudieran votarse por separado.

Una película mexicana dividida en 2 historias, la primera muy cortita y muy muy paranóica, aunque al mismo tiempo interesante, y una segunda que, realmente, no tiene nada de terror, simplemente una historia de los tiempos del ¨oeste¨ mexicano, con robos, traiciones y poco más, que la verdad me resultó poco interesante.
Actores bastante flojos, un guión poco atractivo (aunque el de la primera historia sí resulta llamativo) y una resolución algo sosa...

Dos obras que lo único que comparten es el humor negro, aunque en tonos completamente diferentes, de hecho no sé si la primera se puede catalogar como una película de humor negro, es más bien una historia que se adscribe dentro del absurdo, la crueldad, es media surrealista, creo que una de las películas de Alcoriza más buñuelescas, tiene mucho de El ángel exterminador, película de la que fue guionista.
Una familia de clase media alta da una fiesta para la inauguración de su nueva casa, uno de los invitados se le da de curiosear abriendo una puerta donde se ve un largo pasillo y a un "hombre" alto y fornido al que o se le llega a ver el rostro que se acerca a la puerta, el tipo con miedo la cierra antes de que el que está del otro lado llegue hasta él, todos empiezan a hacer lo mismo en una repetición constante y cruel. Es muy interesante, da pie a varias lecturas sobre la condición humana, y la forma en que cada uno reacciona a un hecho inesperado.
La segunda es una película mucho más convencional y abarcadora, mete la revolución mexicana, escenas de guerra, etc, y la verdad que todo eso de forma grandilocuente e innecesario, porque la anécdota que cuenta no necesitaba semejante parafernalia, de hecho todo eso termina sobrando, en sí es la forma un poco estrafalaria que urde un personaje para que alguien pague por el asesinato de su pariente. El principio y el final son lo mejor.