Reprise - Vivir de nuevo

Enorme película del noruego Joachim Trier, hecha con mucho esmero y cuidando los detalles de una historia muy bien contada sobre la relación de dos grandes amigos -Phillip y Erik- que aspiran a ser jóvenes escritores y con el deseo de publicar sus novelas. La película abre con una espectacular introducción cuando ambos amigos van a meter los sobres con sus respectivas novelas en un buzón de correos, imaginando un futuro posible o ideal, con una típica vida bohemia de escritor, con momentos dulces y felices mezclados con duros reveses emocionales que les inspiren a seguir trabajando en una gran novela, sin importar que acaben siendo famosos ni que sus libros sean bestsellers mientras al menos se conviertan en escritores de culto. La figura del escritor Sten Egil Dahl es su figura a seguir, el espejo donde mirarse. No importa si no lo consiguen, o si solo lo consigue uno de los dos. La amistad está por encima de todo. El apoyo siempre será mutuo.

Desgraciadamente, la vida del escritor es dura y a veces el camino que se debe seguir para llegar a convertirse en uno no es fácil, a veces incluso extremadamente difícil en muchos sentidos. Todo parece ir sobre ruedas hasta cuando Phillip comienza a sufrir una obsesión enfermiza por su novia Kari -¿acaso el amor no es eso?- y es internado en un hospital bajo tratamiento psiquiátrico. Pero Phillip nunca se recuperará, nunca volverá a ser el mismo. Intenta desesperadamente recuperar su relación con su novia y todas las emociones y sensaciones que vivieron en su época más feliz, pero saben que es imposible, no se puede recuperar sentimientos enterrados. Al mismo tiempo, Phillip no quiere volver a escribir, no siente ese deseo, y aunque vuelve a hacer un intento tras regresar de una fiesta, ya no es lo mismo. Por otra parte, Erik no se da por vencido con su intento de publicar sus novelas, aunque para ello tenga que afrontar varios retos, entre ellos: la nueva condición que afecta a su amigo y el ambiente en el que se encuentra.

Hacía tiempo que no veía una ópera prima que retratara de forma tan cercana, realista y tierna el tema de la amistad y la locura unidas con el amor y la pasión por la literatura. El cine nórdico -y concretamente el noruego- deja constancia de que siempre ha sido, es y será uno de los grandes exponentes de un cine de calidad y talento inmenso. Siempre queremos pasar página con los malos momentos, seguir adelante sin mirar al pasado, pero irremediablemente las historias siempre se repiten, pese a que lleguemos a lo que podemos considerar un final en aquellos capítulos de nuestras vidas que creíamos ya zanjados, nuestras vidas están en constante replay, en un volver a empezar. Antes de tratar de buscar respuestas a nuestras necesidades e inquietudes es necesario encontrarnos a nosotros mismos, aunque los hechos vuelvan a repetirse una y otra vez. Al fin y al cabo, eso es la vida.

Viaje interior de dos jóvenes escritores, de características y personalidades diferentes, unidos desde la infancia por una profunda amistad. Uno taciturno, atrapado en sí mismo entre la nostalgia e incomprensión del mundo. El otro, más extrovertido y atractivo aunque menos talentoso, sabe moverse y hacerse hueco entre los círculos literarios y de amistad.

Juntos vivirán y aprenderán a conocerse a sí mismos mientras sus vidas discurren de forma inversa. El éxito por la publicación de un libro de uno y el hundimiento depresivo tras haber tocado el éxito del otro. La pasividad del primero dentro de su estabilidad con su pareja y la obsesiva relación del segundo que le lleva por los rincones más oscuros del amor.

La dirección es excelente, la película alterna los sucesos de la trama cargados de dramatismo con algunos pasajes en los que ahonda en el pensamiento de los personajes y planteando como se desarrollaría el futuro si tomaran algunas decisiones a través de secuencias de imágenes futuristas para acabar volviendo al presente. El ritmo no cesa y no faltan los toques de humor

Una película emotiva que lleva al espectador al universo de los protagonistas donde te conmueve y absorbe mantienendote allí hasta el final

Prometedora opera prima de un director que sin duda dará que hablar

Si el proceso de escritura es, en su estado más visceral, un ejercicio de liberación, ¿cómo le repercute a quien trata de ganarse la vida escribiendo -y a quien, por tanto, escribir le otorga vida- ser privado del equilibrio que proporciona dicha libertad tras el giro al que su vida es sometida para, a posteriori, terminar encerrado en un psiquiátrico? Pues destruyéndolo y socabándolo anímicamente, causándole un perjuicio, creativo y profesional, que lo incapacitará incluso en lo personal para relacionarse con otras personas.
Para su primer largometraje, y capítulo de la ahora denominada 'Trilogía de Oslo', el debutante Joaquim Trier bucea y reconstruye la personalidad de un escritor emergente (Anders Danielsen Lie) sumergiéndose en su vacío emocional tras estallar cuando le sobrepasa la fama y su incapacidad para gestionar el éxito equilibradamente, así como la de una inconsciente nemesis personificada en su mejor amigo, un narcisista, también escritor, mucho más predispuesto para vivir el auge mediático (pero no las relaciones personales, pese a maquillar socialmente su misantropía).
La inestabilidad mental, la ansiedad y la sensación crónica de angustia causada por la sequía de ideas, de hilar sentimientos o palabras a las que les empuja el estado de bloqueo creativo van convergiendo colateralmente con otras emociones -fraternidad, envidia, amor- en sus principales protagonistas, dañando colateralmente a quien trata, precisamente, de acompañar, al menos a uno de ellos, por el gris camino del anacoreta asocial: esa luz es cegadora y la aporta Viktoria Winge.
Atreviéndome a describirla como un 'Wonder Boys' nórdico con puntazos ocasionales de la misma energía narrativa que pretéritas muestras de Cedric Kaplisch o Danny Boyle, es éste un prometedor debut de augurios no desencaminados.

No esperaba encontrarme viendo un domingo por la tarde una película noruega, del siglo actual y bastante arrinconada pasados ya más de diez años de su aparición. Como espectador no podía decirle que no, siendo además es una ópera prima y con todo el interés de ver algo distinto. Mi valoración debería ser mayor y reconozco que me quedo corto. "Reprise" tiene tantas cosas de las que hablar que casi lo de menos es la relación de amistad entre dos jóvenes que pretenden ser escritores que publican y son leídos.

Es más interesante observar los recursos que usa el director, nada menos que en su primera película, hay que insistir en ello, con constantes roturas de la línea temporal, con un excelente uso de la voz en off e infinidad de recursos de montaje. Lástima del intolerable temblor de la cámara, enfermedad crónica e incurable del cine contemporáneo, su uso y abuso merece una reflexión que no viene a cuento hacer aquí, una lástima.

La historia tiene su interés, pero la verdad es que me ha parecido sorprendente ese descaro del director, desinhibido, alegre y hasta descarado. Nada menos que desde Escandinavia, cuando lo normal sería toparse con un muro de los típicos que construía su vecino Bergman me encuentro con una serie de bofetadas de humor negro que hay que saber encajar. ¿Puedo afirmar llanamente que los escandinavos son gente seria, existencialistas desde niños, poco dados a las risas y más bien tristes?; lo hago y sin embargo "Reprise" le da la vuelta, se reconstruye y aporta fisuras por las que escapar de esa seriedad (que también la tiene) sobre todo a través del humor y la desfachatez. No creo que sea políticamente correcto decirlo pero acabaré opinando que no parece noruega. Toda una sorpresa.

Otra buena película de Joachim Trier, para mí (hasta donde he visto) el mejor director noruego con bastante diferencia. En ‘Reprise’, además de contar una gran historia, demuestra que sabe dominar todos los registros (hay tensión, ternura, diversión, tristeza), que sabe crear y desarrollar personajes (y dirigir a los actores) y jugar con las líneas temporales con un resultado creíble y que hace fácil la inmersión. Poco que criticar, todo bien.