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Garganta profunda: Cuando el porno salió del guetoMediometrajeDocumentalTV

Documental Estrenada en 1972, la película 'Deep Throat' (Garganta profunda) se ha convertido en un fenómeno social. Escapando a la censura, los adeptos de la liberación sexual la adoraron. Este documental vuelve sobre esta explosión que subraya el abismo entre las modestas intenciones de los creadores de la película y la herencia que involuntariamente dejaron.
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
12 de febrero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La libertad sexual en Dinamarca. En busca del clítoris perdido, ande andará.
Documental que en su primera mitad hace un recuento discreto somero sobre los hechos acaecidos al porno respecto y su acceso a las salas comerciales de cine para posteriormente desembocar en el mundo más angosto y cutre del vídeo y acabar por ser deglutido como un armadillo por unos oligopolios sin nombre que llenan o inundan las redes sociales con su material follable, y que en su segunda y última parte contratante se pierde en una suma mezcla miserable confusa y ridícula idiota, par variar, de lugares comunes, oportunismos de todo tipo, de saldo, tonterías supinas, medias verdades, inexactitudes, homilías, prejuicios, sesgos y contradicciones chapuceras sin sentido ni criterio más que el de no saber aclararse del todo si feminismo cien por cien como mandan los canones y la santa madre iglesia, el estatus quo, el quid pro quo, o solo al cincuenta por ciento, ahí estamos, haciendo el indio.
Linda Lovelace, como Cruise en Nacido el 4 de Julio o nuestro Unamuno erre que erre, dando bandazos, de decir que el porno era lo mejor que le había pasado en la vida y estar más feliz que unas castañuelas a negarlo todo, donde dije coño, digo demonio, quita la polla de mi boca, y a comentar/asegurar a ciencia cierta que durante todos esos años de sexo compulsivo y sonreído la habían maltratado, violado, veajdo y obligado, espanto, ante el escepticismo general, demasiado tiempo haciéndolo y demasiado cambio de postura para a pies juntillas créerselo tal veza todo, a volverse fanática antiporno para pasar a ser ultrareligiosa y (eso aquí parece que muy casualmente se les ha olvidado nombrar, suele suceder, te lías la manta a la cabeza sin querer y al final no cuentas todo lo que tenías que contar) cargar/cagarse en todas las feministas que según ella se aprovecharon de ella de mala manera para conseguir pasta e influencia y después, cuando ella más las necesitaba, no la ayudaron, si te he visto no me acuerdo, que te zurzan, nena, no me cuentes tus penas, zorra.
Un peluquero, lógico, donde abrevan todas las mujeres y te cuentan hasta el color y el tamaño de sus entretelas, Damiano, como el alfa y el omega, Griffith y Orson Welles, de todo esto, y una prostituta o actriz, la tal Linda, a mucha honra, con esa prodigiosa capacidad para engullir, como un faquir, boas por la boca.
Y una película porno que era una comedia, mucho de reír, y que además de deleitar instruía a las masas, a toda la basca o peña, sea, les revelaba el secreto mejor guardado de la historia, el tabú por antonomasia, la clave de la represión y esclavitud de las mujeres durante millones de años, vaya, que el clítoris en verdad lo tienen en la boca, la campanilla la llaman para ocultar su real significado y verdadera placentera utilidad, que se lo digan a Peter Pan y el ardor de su hada que por ello no quería crecer, tal cual, tonto precisamente no era, de hecho, se hizo odontólogo, me sacas de una sorpresa, con lo que inmediatamente, al descubrirse el pastel se dieron dos procesos en paralelo, por un lado, la ya imparable y definitiva liberación, ya era hora, ya tocaba, de la pobre sometida mujer, y por el otro el ataque desaforado de hordas conservadoras reaccionarias aterradas ante esa nueva empoderada mujer, es decir, Reagan, actor (ni uno bueno, de cada casa lo peor) tenía que ser, y las feministas títeres trogloditas con las pancartas y el tentetieso en la cruzada contra el porno abre mentes y cuerpos, entrambas partes mandaron parar, la fiesta se va a acabar, a prohibir, en todas partes y en todo momento, perseguir y linchar se ha dicho que es lo nuestro, a eso vinimos, para eso nos pagan, la misma triste historia que se repite eternamente, a un momento de disfrute y alegría le sucede otro de feroz control y mezquindad, flujo y reflujo, paz y tormenta, la pena es que el segundo estado dura mucho más, la eternidad y un día, o dos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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