Metal Lords

Sin nada que ver en netflix, debido a su infumable catálogo salta a mi pantalla esta pequeña joya.
Cinematográficamente hablando es una historia simplona de adolescentes fuera de sitio en un instituto americano cualquiera, se puede ver sin problemas.
Pero lo que la hace verdaderamente grande son los detalles… los posters, referencias, cameos, música…
Si te entró el gusanillo del heavy en los 80 la disfrutarás como un enano como he dicho, al que es heavy alguna vez en su vida seguirá siéndolo el resto de su vida!!
Los 3 actores me han parecido bastante buenos en sus papeles (quien no tuvo un amigo más flipado que tú con el heavy que hacia cosas parecidas… jajaja).
Se nota que quien haya hecho esta película conoce este mundo desde dentro, muchas gracias, sí señor.
Obviamente si no te has sentido identificado con nada de lo que he dicho anteriormente la película te parecerá una más de las tonterías de netflix, pero al menos te ayudará a conocer mejor a los bichos raros que caminaban y caminan por ahí con los pelos largos y camisetas negras de calaveras, chicos normales con problemas normales a los que les gusta una música determinada, y qué música joder!!!
Lo dicho, a disfrutarla.
Metal Up your Ass Motherfuckers!!!!

Un deleite en casi todos los sentidos para aquellos que escuchamos este tipo de música, ya sea desde hace años o décadas, con referencias sobre muchos grupos de este género que van apareciendo sin cesar, desde parches, posters, rifts, canciones (después de ver esta película, a ver quién no escucha al día siguiente War Pigs, de los Sabbath), y bueno, hasta la matrícula del coche, referencia al álbum de Iron Maiden "Powerslave".

Como dije al comienzo, me falló un poco en el doblaje, no me cuadraban ni pegaban las voces de los dos jóvenes protagonistas masculinos.
Sobre las interpretaciones del trío protagonista, lo hacen realmente bien, desde Adrian Greensmith como metalero caprichoso y más bien capullo, hasta Isis Hainsworth, un encantador personaje con sus problemas y el batería apocado pero tierno, Jaeden Martell. Destacar que aparte de actores, también son músicos, y ese detallazo se transmite en cada momento de ensayo o de actuación.

Sorprendente aparición de tres leyendas del Heavy Metal, Rob Halford, Kirk Hammet y Scott Ian, acompañados de Tom Morello, siendo este último quién compuso la canción base de la película, "Machinery of Torment", y un pequeño papel para Joe Manganiello (True Blood, Magic Mike), que se lo pasaría genial en el rodaje.

Imprescindible para cualquier metalero (da igual el estilo, Heavy, Viking, Doom, Epic, Trash...), rockero o aquellos que disfruten con algo que no sean canciones hechas presionando un puñado de botones, y que además quiera parar un buen rato. Poco más que decir, solo que "The gods made Heavy Metal, and they saw that it was good".

Wolf.

Un trío desparejo: un nerd bastante extrovertido camino a transformarse en el próximo "winner" de instituto; un flaquilargo con el metal en las venas y bastantes prejuicios acumulados más una chavala que oscila entre la timidez y la cabrona desatada. Así se estructura Metal Lords y podría decirse que los protas logran cierta química frente a la pantalla.

No es por caerle a una peli que ya desde su formato se presenta deliberadamente simpática, blanquita y elegante. Sucede que contrasta un poco el estilo que la dirección adopta y el género musical que actúa como tópico dentro del guión. Tenemos por un lado una historia de institutos que busca ser, a lo sumo, pícara e irreverente. Por otro lado se utiliza uno de los estilos musicales más extremos, violentos y agresivos del rock. La mezcla dará casi por decantación un producto a medias aguas. Ni muy muy ni tan tan...

La narración parece introspectiva. Se agradece que no nos emboten con diálogos hasta los codos. En su lugar hay silencios donde la imágen actúa suplantando a la palabra (escena icónica donde se resiente la presencia de una mujer en el grupo y luego la cámara desfila, silenciosa, por los posters de los grupos de metal en claras poses homoeróticas, o de clara manufactura gay). Lo mismo sucede con el tema de las drogas y algunos cameos de músicos: la peli sugiere bastante, pero siempre de reojo, como para "dar a entender" sin meterse demasiado en ningún conflicto que se desvíe del argumento principal.

Así, Metal Lords va conformándose como un producto de narrativa simplona y efectiva, siempre priorizando el guión clásico de adolescentes "marginados" que buscan afirmarse, formando una banda para el recuerdo.

Como fan del heavy desde que tengo uso de razón, me ha gustado.
La banda sonora, cameos, posters y música en general es un puntazo, el metraje es un repleto manual y a los que les guste el metal les interesará.
Pero realmente no deja de ser otra comedia "teen" con el mítico "bullying", la mítica historia de amor, y los ya manidos clichés "teenagers" de toda comedia americana, pero eso sí, aunque resulta bastante "soft", digamos muy para todos los públicos, el resultado no es nada pasteloso, y se agradece.
El carisma y la actuación de los tres protagonistas están bien resueltos, la empatía de los personajes se une correctamente con el devenir de su visionado y no se hace para nada pesada ni tediosa.
A quién no le guste ese género de música puede que solo le parezca otra comedia más del montón, ya que no entenderá un montón de referencias y esencias metaleras que son cruciales para que el interés suba como la espuma.
Contiene cameos de grandes músicos y cantantes, Rob Halford es "Dios", jajaja.
A mí me ha encantado.

‘Metal Lords’ es el nuevo estreno de Netflix, cuyo tráiler prometía una desenfadada comedia de adolescentes con el Heavy Metal como telón de fondo. La película podría haber sido otro fracaso que añadir al cajón del olvido de la plataforma, pero afortunadamente estamos ante una propuesta simpática, que da lo que promete, y que evoca ese cine de adolescentes que tan bien funcionaba en los 90. Pero mejor vayamos por partes.

El director ofrece un trabajo correcto, sin grandes alardes pero sin nada que objetar, por lo que conforme, sin más. Seamos sinceros, en un producto de estas características, lo importante es el guion (y el reparto), cortesía de uno de los responsables de ‘Juego de Tronos’, hecho curioso que se ha promocionado a la hora de vender el film (no hacía falta, la verdad). Pues bien, no se puede negar que esta cinta la hemos visto todos antes, con la clásica historia de inadaptados, y navegando por lugares comunes y tópicos del género.

No obstante, la película tiene la suficiente gracia (hay gags memorables) e identidad propia como para destacar por sí misma, además de un par de decisiones argumentales que sólo se pueden calificar de refrescantes (el guionista evita caer en los errores de siempre), por no hablar de un toque 90’s que se echaba de menos. Sí, es convencional, pero tiene el suficiente Heavy Metal (ya me entendéis) como para que la veamos con otros ojos. Si a eso le añadimos que los personajes son una delicia, podemos confirmar que estamos ante un buen film.

Y hablando de personajes, éstos no serían lo mismo sin la fabulosa actuación de sus tres protagonistas, algunos con personajes nada sencillos, pero saliendo totalmente airosos. Los tres forman un equipo perfecto, repleto de química y que ensalza todavía más el resultado final de la cinta. El resto de secundarios funciona, pero la palma se la lleva un breve pero sensacional Joe Manganiello, estupendo intérprete que no ha tenido demasiada suerte en el mundo del cine, pero que merece más papeles en comedias, porque se está desaprovechando su evidente vis cómica.

En conclusión, ‘Metal Lords’ es una entretenida y efectiva comedia adolescente, además de una carta de amor al Heavy Metal (los fans de dicho género musical la van a disfrutar, ya que hay infinidad de referencias), con un reparto maravilloso, y que deja muy buen rollo, no cayendo en el error de traicionarse a sí misma (ya sabéis, recurrir al drama cuando no es necesario), como sí hacen otras producciones del género. Y es que el film tiene claras sus (buenas) intenciones, con el único objetivo de hacer pasar un buen rato al espectador. Misión cumplida. Una propuesta más que recomendable y una de las mejores películas de Netflix de los últimos tiempos. Ojalá más así.

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