Las crónicas de Navidad 2

Pasable secuela.
Es como esos telefilms de después de comer que sirven para echar la siesta.
El argumento es pobre, aunque la película tiene un componente de aventura que hace que sea entretenida hasta cierto punto, disfrutable por los más pequeños.
Los efectos especiales tampoco son espectaculares, pero cumplen.
Se tratan temas como el enojo por una nueva relación de los progenitores; el desplazamiento, presente en uno de los elfos protagonistas, y la valentía, para realizar lo que toca. Clichés típicos de este tipo de películas.
Del elenco destaca y lleva el peso Kurt Russell, al que el papel de Santa le va como un guante, y ojalá haberle podido ver en el papel pero sin tanta noñeria. Le acompaña bien su pareja, Goldie Hawn, como Mamá Noel. Y el niño aporta el componente más gracioso de la película.
Hay una escena de baile, que merece la pena ver en V.O., y que es lo más memorable de la película.

"Crónicas De Navidad" vuelve con una segunda parte a la que le resulta difícil estar al nivel de la primera.
Chris Columbus tiene practica dirigiendo niños, dirigió las primeras de "Harry Potter" y las primeras de "Solo En Casa", pero aquí no le sale tan bien. La esencia de Papa Noel sigue en esta segunda parte y todo lo que tiene que ver con el. La película empieza con buen ritmo pero este decae conforme avanza.
El reparto esta pasable, notas cuando sobreactúan, que es en bastantes escenas y te sacan de la película, aunque esta bien ver a la dupla de Russell y Hawn.
La historia esta repleta de coincidencias y conveniencias para que la trama avance, hay aspectos que son bastantes interesantes, pero lo muestran poco, a pesar de esto es una buena evolución de la primera parte.
La banda sonora es buena, es épica y emocionante sin perder el toque navideño.
El diseño es bastante bueno, sobre todo en lo que respecta al pueblo de Papa Noel, es original y divertido.
El CGI por unos momentos esta bien y por otros se nota demasiado.
En general, la secuela te deja que desear, pero es una buena película para ver en familia y para los mas pequeños.

Hace dos años, Netflix trajo su gran propuesta navideña, Crónicas de Navidad, protagonizada por un estupendo Kurt Russell (en uno de los mejores Santa Claus que se recuerden, ya sea por su tono desenfadado) y la cual fue un gran éxito en la plataforma. Debido a ello, Netflix no tardó apenas en anunciar una segunda parte, y dos años después, con las Navidades a la vuelta de la esquina, ha aterrizado en nuestros hogares.

Debo reconocer que la primera parte no era gran cosa, pero cumplía en su cometido de hacer pasar un buen rato, siendo una opción navideña más que recomendable y simpática. Y eso es exactamente lo que se puede decir de su secuela, con más medios y presentando un entorno todavía más navideño (y, por lo tanto, entrañable), resultando ser otra comedia tan entretenida como inofensiva, perfecta para los más pequeños de la casa.

En esta ocasión, la dirección recae en Chris Columbus, director de clásicos como las maravillosas dos entregas de Solo en casa o las fabulosas dos primeras partes de Harry Potter, entre otras. Aquí ofrece un trabajo correcto, con unos efectos visuales convincentes (al final uno se acostumbra a los elfos), pero lejos de sus mejores tiempos. La película convence técnicamente, pero el bueno de Columbus nos tiene (mal) acostumbrados a cosas mejores, no siendo tampoco un trabajo memorable, aunque se agradece su buena mano, ya que no hay espacio para el aburrimiento en sus cien minutos de duración.

El guion (también cortesía de Columbus, junto al guionista de la primera parte), vuelve a ofrecer una inocente y bobalicona propuesta navideña, con un villano que no lo es tanto, unos mensajes que ya hemos visto todos (creer en uno mismo, la valentía o la superación, habiéndose tocado ya este último en la primera parte) y sin innovar en prácticamente nada.

No obstante, hay los suficientes elementos para que la experiencia merezca la pena, ya sea por una serie de elementos interesantes (el conflicto con el villano, el origen de Claus o la escena del aeropuerto), siendo una aventura perfecta para estas Navidades, y que disfrutarán tanto los más pequeños como los que no lo son tanto, si se dejan llevar, claro está.

Kurt Russell vuelve a estar fabuloso como Santa Claus (o Papá Noel, como prefiráis), derrochando carisma y volviendo a pasárselo en grande. Quizás otro reputado actor cogería el cheque y pondría la misma cara durante todo el metraje, pero el bueno de Kurt siempre da la talla, siendo prácticamente lo mejor de la película.

Al final de la primera entrega nos presentaban por sorpresa a la señora Claus, interpretada por la pareja de Russell (y madre de Kate Hudson, por si se tiene curiosidad), Godie Hawn, mítica actriz a la que no se la ve demasiado últimamente. Afortunadamente, esta secuela recupera a la intérprete, aunque con un papel más secundario de lo esperado.

Y es que el comentado final parecía una promesa de que iba a tomar bastante más protagonismo, pero no ha sido así, volviendo a recaer toda la acción sobre el personaje de Santa. Quizás la actriz no esté para muchos trotes o quizás sean exigencias del guion, pero el caso es que Hawn cumple, notándose la química con su pareja (Russell, para los despistados).

En cuanto al resto del reparto, tenemos a unos fugaces Judah Lewis (visto en las dos partes de Babysitter), el cual ya apareció en la primera, como protagonista, cediendo el testigo a su hermana en esta ocasión, o Tyrese Gibson (saga Fast & Furious), en un conjunto de secundarios que cumple, así como los convincentes niños protagonistas.

En conclusión, estamos ante una comedia navideña que no engaña a nadie, que cumple su objetivo de entretener, con un Russell en su salsa (más papeles cómicos para él, por favor) y una recuperada Hawn, dejando sensaciones más que positivas. No es ninguna maravilla, pero sí una buena opción para ver estas Navidades, y más si te gustó la primera parte, aunque no sabría decidir cual es mejor, siendo dos entregas más que correctas y entrañables. Eso sí, tenéis que ser conscientes de a lo que venís. Otra simpática aventura. ¿Alguien duda que habrá una tercera?

Más críticas: ocioworld.net

Hay un dicho que afirma que no conviene encargarle a los demás cualquier trabajo que puedas hacer tú mismo. Y en este caso convendría reforzar el significado de tal aseveración con el acicate de que la carrera profesional de Chris Columbus no está exactamente en su punto álgido, y tampoco da la impresión de que el artífice de las mejores entregas -prefiero creer que son las únicas- de 'Solo en casa' o el binomio primigenio de Harry Potter tenga, a día de hoy, una agenda desbordada de proyectos. Pero de igual forma que prevalece todo cuanto podría provocar dentera en la predecesora producida por Columbus -y siendo equitativos, en la mayoría del cine navideño- se nota holgadamente el buen oficio y tino de viejo artesano de, ahora sí, un Columbus cuya presencia detrás de las cámaras se atisba sobremanera en los pasajes que entremezclan fantasía y comedia, sobre todo cuando intenta -sin éxito- transformar a elfos enajenados en la versión soft de su libreto 'Gremlins' (1984, Joe Dante).
Parece que el paso lógico en todas las continuaciones para las aventuras cinematogŕaficas de Papá Noel es trasladar el relato hasta el Polo Norte (si no, que se lo pregunten a Tim Allen). Lo que repercute en incrementar -en beneficio de todos- el protagonismo de Goldie Hawn más allá de un simple cameo, con lo que, más de 50 años después de haberse conocido en 'Family Band' (1968, Michael O'Herlihy), y 33 desde que coprotagonizaron 'Overboard' (1987, Garry Marshall), Goldie Hawn y Kurt Russell vuelven a trabajar juntos sin que la química se haya resentido. 38 años de matrimonio -no están casados, pero como si lo estuvieran-, 5 nietos y 6 hijos en común refuerzan la complicidad considerablemente. Y no existe chapuza quirúrgica -¿que te han hecho, Goldie?- que contrarreste eso.
Y pese a que no me considero un implacable detractor del doblaje, recomiendo encarecidamente huir como si se tratara de la peste de la bochornosa versión doblada al español en la que, por lo menos, el consumado actor de doblaje Salvador Vidal ha tenido el decoro de no usurpar la voz de Russell en un número musical junto a Darlene Love -la señora Murtaugh en 'Arma Letal'- que tampoco es especialmente brillante.
Esto es cine navideño. Un pasatiempo sin concesiones a la reflexión.

Aunque en la primera entrega de "Las Crónicas de Navidad" encontrábamos que no solo l@s peques de la casa sino también l@s mayores pasábamos, al menos, un rato navideño entretenido e incluso con un muy peculiar Santa Claus encarnado por Kurt Russell, si bien para niños y niñas seguirá siendo más o menos divertida, la verdad es que es una secuela totalmente innecesaria y mucho menos entrañable desde el punto de vista argumental. Ni siquiera la ambientación, que comienza en el Caribe, es que colabore mucho, y a partir de ahí es una historia un poco (bastante) rebuscada para proseguir con las andanzas del mayor repartidor de regalos del mundo y su improvisada ayudante en la primera parte.