Haroldo Conti, homo viator

Sugerir que se trata de un documental y nada más, puede inducir a la confusión. "Haroldo Conti, homo viator" es, dentro de su propia esencia, un documental y un No documental.
Partiendo de un inicio en el que parece apuntar a la ficción, una historia de época, para luego oscilar entre sus relatos y su vida misma. Conti fue un escritor con ideales de cambio, y es también, un desaparecido de la época del Golpe en Argentina.
Podemos conocer su vida a través de un bailoteo entre sus historias, caracterizados por Darío Grandinetti, y los testimonios de sus seres más cercanos. Da la sensación, igualmente, que sus cuentos tienen un alto grado de componente real, dado que podemos oler a Haroldo en cada gesto del protagonista.

Con una cadencia suave y lenta, con maravillosas imágenes y fotografía del interior de Buenos Aires (y sobretodo de su Chacabuco natal), acompañadas de una música sensible, el documental provoca una extraña nostalgia, aún en gente (incluído yo) que no vivió la época.

Quizá de a ratos pierda el interés y carezca de fuerza para mantener el ritmo durante todo el rodaje. Quizá falte un poco más de pulpa a los testimonios familiares, o los tramos ficcionados no logren mantener un nivel uniforme. Quizá la confusión de los primeros minutos de rodaje provoquen rechazo en los más estructurados.
Lo que si es seguro es que Argentina a nivel documentales ha alcanzado un nivel notable; ha logrado fortalecer un género en el que no abundan grandes especialistas.

Película para ver sueltos de mentes, relajados y sin mayores pretenciones: "Haroldo Conti, homo viator" logra transmitir lo que muestra, de manera simple, descontracturada y amena.

Con eso alcanza para ser un más que interesante plan cinéfilo.