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Dying

Drama Los muy individuales miembros de la familia Lunies hace tiempo que no son una familia. Liss se alegra en silencio de que su demente marido Gerd se consuma lentamente en una residencia. Pero su nueva libertad dura poco: La diabetes, el cáncer y la insuficiencia renal hacen que a ella tampoco le quede mucho tiempo. Su hijo Tom, un director de orquesta de unos 40 años, trabaja en una composición titulada 'Dying' (Morir), al tiempo que se ... [+]
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Críticas ordenadas por utilidad
20 de febrero de 2024
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*Sálvese quien pueda

En la sociedad que vivimos, la que hemos construido entre todos, no hay tiempo para compartirlo en lo que debería ser relevante, eso es cuidar de nuestros ancianos progenitores. También es cierto que la media de vida es mucho más elevada que hace un tiempo atrás y las enfermedades geriátricas proliferan por doquier.

Incluso en países considerados como más familiares, es decir con profundo apego entre sus miembros, como en Italia, España, Portugal...la situación también ha cambiado drásticamente. En Dying (Sterben) aparece una familia alemana, pero podría tratarse de cualquier otra en cualquier parte del mundo. Cosas de la globalización.

Por un lado el trabajo nos absorbe por completo. Por otro, las propias familias que hemos formado, con niños pequeños todavía, también nos roba mucho tiempo. Quizás, con suerte para nuestros padres que van envejeciendo irremediablemente, se les hace una corta llamada de compromiso de vez en cuando.

*Dirigir nuestra vida

Ser adulto no significa saber llevar bien sujetas las riendas de nuestra vida. Si no, que se lo pregunten a Tom, el hijo mayor interpretado magistralmente por Lars Eidinger. Su vida privada tiene abiertos muchos frentes, uno de ellos su compleja parte sentimental. Sin embargo, será el único de los dos hermanos que se preocupará un poco de sus padres.

Durante una de las secuencias de Dying (Sterben), él va a vivir una completa catarsis durante una conversación con su madre, mediante la cual se va a enterar de los verdaderos sentimientos de su progenitora hacia él desde que era un bebé.

La otra hija, Ellen, una alocada, alcohólica e impulsiva joven a la que da vida Lilith Stangenberg, ni siquiera es capaz de cuidar de ella misma. Intentará un acercamiento para ver a su padre moribundo, pero tan sólo será eso, un intento.

Hay un amigo de Tom, un músico con una gran dosis de narcisismo que está componiendo una peculiar obra titulada "Muerte" y de la que Tom se encarga de dirigir. Él aportará una nota excéntrica a la ya de por sí singular película.

*Morir cada día, lentamente

En Dying (Sterben) se reflejan, como en un espejo, las diferentes maneras de morir, poco a poco, cada vez que nuestros sentimientos son heridos.

Cuando nuestros seres queridos nos ignoran, una parte de nosotros queda herida de muerte. Cuando algún amigo nos traiciona, también algo muere dentro de nosotros. Cuando descubrimos los verdaderos sentimientos que despertamos en personas que fingen un cariño que es falso o de conveniencia, otro pedazo nuestro perece.

*Conclusión

Con unos extraordinarios diálogos en boca de unos peculiares personajes que nos recuerdan en algunos aspectos a nosotros mismos, convierten Dying (Sterben) en una entrañable tragicomedia que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vida. Sobre la sociedad que estamos creando y en la que tenemos que vivir, nos guste o no.

Como un coloreado puzle de muchas piezas, todo va encajando a medida que se va conociendo la particular personalidad de cada uno de los personajes, todos ellos magistralmente interpretados.

Escrito por Irene Abecia Navarro
Cinemagavia
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