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La vida de Kayla

Comedia. Drama Kayla, una niña de 13 años, tiene que lidiar con las inseguridades y terremotos del inicio de la adolescencia en la última semana de colegio, tras un año desastroso, antes de empezar el instituto. (FILMAFFINITY)
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
27 de septiembre de 2018
55 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
No estoy familiarizado con la cultura Youtuber.
Sé poco más de lo que ocasionalmente veo, pero me cuesta pensar en el hecho de que un puñado de personas enseñan qué hacer o qué decir a miles de adolescentes en todas partes del planeta.
Tal vez por eso Bo Burnham elige empezar con un vídeo de Kayla destinado a su canal, todo lo enteramente largo e incómodo que es, dándole así empaque cinematográfico a una recopilación de torpes reflexiones, y por el camino despierta una ternura desconocida: ¿cómo puede alguien crecer cuando cada día es inundada por ejemplos de lo que nunca podrá ser?

'Eighth Grade' habla de entrada con la pura sinceridad, y no tiene problemas en asumir que es bastante jodida.
Los niños hoy en día crecen sin referentes claros, bombardeados a estímulos pobremente superficiales, y blindados más que nunca ante padres que están a generaciones de distancia de lo que les gusta.
Su vocabulario es una mezcla de risas nerviosas y balbuceos apresurados, heredado de vídeos infinitamente editados que nunca paran suficiente tiempo en nada, y el adjetivo "cool" (guay) es halago, estado mental, descripción para todo o meta a la que aspirar.

Me es muy fácil sacar la vena de abuelo cebolleta viendo el panorama, decir "en mis tiempos bla, bla, blá" y distanciarme de las preocupaciones de Kayla.
Pero ahora entiendo por qué Burnham pagó sesiones de su propia película a cualquier adolescente debajo de 16: porque les habla en su propio lenguaje, ese que sabes que es real y ves por la calle.
Y a la vez, de ese continuo balbuceo, Kayla va desgranando su verdadera persona, cuajada de inseguridades o arrepentimientos, pero perfectamente comprensible en sus preocupaciones y anhelos.

La he juzgado como la juzgan sus compañeros, y es solo al pasar tiempo con ella que se ve un fuego en sus ojos, una necesidad de expresarse y aceptarse que transpira en los vídeos de su canal, pero no encuentra el camino adecuado para salir cuando lo necesita.
Es, de hecho, muy revelador que todos los momentos en los que se queda sin palabras sean ante la nula consideración que le prestan los demás, cuando debería hacerse valer pero su poco ejercitada autoestima la quiere hacer invisible: en orden ascendente, están el incómodo silencio del regalo hecho con la mejor intención, la estúpida confirmación de que el chico de sus sueños es un salido descerebrado (esta incluso con apagón repentino de peli de terror) y la otra, esa, la final, la que te hace sentir como mierda porque a algunos mal llamados "adultos" la madurez nunca les llega.
Kayla solo recibe e intenta asimilar, es imposible que sea de otra manera, porque tiene demasiado miedo a no ser ni siquiera la mitad de esas diosas de lo "cool" filtradas por Snapchat que ve cuando navega por internet.

Lo más tierno, esperanzador, y a la postre hermoso de esta historia suya es ver, poco a poco, como los únicos adultos honestos de su vida intentan acercarse a ella, y le dan pistas.
Cosas como que no dejas de ser un lío por pasar al instituto, tienes que cuidarte siempre ante lo que te intenten lanzarte otras personas y (mi favorita, la mejor) la única persona que nunca te debería faltar como aliada/animadora eres tú misma.
Verdades sencillas, evidentes, que toman tiempo en comprenderse: ese que no tenía, porque no paraba de hacer vídeos para gustar a otra gente.

Pero lo mejor, lo que es verdaderamente lo mejor, es que Kayla recorre todo este camino ella sola.
Ayudada quizás, pero llevada de la mano nunca.
Aprendiendo a quererse y no callarse, sin miedo a dejar de ser el ídolo de nadie.
Sin cambiar demasiado, pero sintiéndose "cool" en esa particular manera que tienen los adolescentes de expresarse.

Como todos, sin una pantalla delante, ella también es más interesante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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14 de octubre de 2018
67 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para variar, la protagonista es una adolescente no precisamente guapa que quiere ser aceptada tanto social como virtualmente.
Para variar, el padre no la comprende y, al mismo tiempo, no pone límites (con lo fácil que es decir que a la hora de la cena, los móviles están prohibidos) e intenta ser guay. O cool.
Para variar, las compañeras guapas son todas tontas. No se libra ni una.
Para variar, está enamorada de un guaperas.
Para variar, la marginada al final nos demuestra sus verdaderas motivaciones y su rico mundo interior.
Para variar, las guapas y los guapos no lo tienen. Les basta con el móvil y con ser guapos.

Veréis, me vais a perdonar. Como profesor que trabaja con adolescentes (y seguro que otros profesores tienen una impresión distinta), no veo reflejada a la adolescencia salvo en algunos escasos momentos. Nuestros adolescentes tienen sus grupos de amigos (incluso los feos con granos) y, salvo excepciones, siempre los han tenido. Otra cosa es que los vayan cambiando. Los guapos y guapas también tienen inquietudes (salvo algunos). Y son tan o más listos que los feos. Están pegados al teléfono, sí, pero cuando hablan con nosotros no lo hacen mirando a una pantalla, entre otras cosas porque los móviles están prohibidos en la escuela. La inmensa mayoría de ellos no tienen canales de Youtube y se mueven sobre todo por Instagram y Whatsapp (ya cambiarán en breve). Y además, salen con sus padres, en familia y se divierten como hacíamos nosotros. Y ven mucha tele y mucho Youtube. Y luego, además de videos de gatos y de tortazos, ves que guapos y feos ven contenidos relacionados con el manga, sexo, superhéroes, sexo, moda, sexo, cine, sexo, series, sexo. música, sexo, videojuegos, sexo...

O sea, como siempre. Y tengo 50 años.

Y sí, son millenials, pero en esta película hay muchos momentos que se mete de lleno en el cliché, y por eso nunca me llego a creer lo que me cuenta. Y resoplo. Por supuesto que ahora valoran mucho más los "me gusta" de una red social y el número de visionados, pero al final del día a lo que más importancia dan es al amigo real que tienen al lado.

Pues como ese detalle, muchos más.

Y además, el rtimo es lentísimo. La chica lo hace muy bien, de verdad, pero en ningún momento empatizo con ella debido al guion y a la dirección.

En fin, que espero que a muchos les guste más.
Áralan
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29 de septiembre de 2018
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si un día tengo una hija, le pondré esta película. Así de claro. No porque la película me haya cambiado la vida ni nada por el estilo, sino porque es necesaria. No sólo por utilizar (de una puñetera vez) a adolescentes para hacer de adolescentes, sino por abrazar las rarezas y miedos típicos de la edad, así como momentos incómodos y trágicos, para crear un retrato tremendamente realista sobre lo que es crecer sin amigos o con temor a ser juzgados por ser diferentes.

Creo que el personaje de Kayla está tan bien escrito porque Bo también fue un niño de los 90, un millennial más, ignorado por sus compañeros por aquello mismo que lo haría destacar después. Buena dirección, buenas interpretaciones, buena música (genial para reflejar la ansiedad de Kayla) y un guión bastante decente salvo por las referencias a la cultura pop actual, que ya cuentan con fecha de caducidad, y es una pena teniendo en cuenta que por lo demás trata temas atemporales.

No me extrañaría que la película estuviera nominada a los Óscars de 2019, ni que se llevara alguno.

De verdad, Bo, muchas gracias. Has creado una obra muy necesaria que no me cansaré de recomendar a aquellas amistades que han pasado por experiencias similares. Creo que esta película hará que muchas personas se sientan entendidas y queridas, lo cual es más importante que la nota que le demos ninguno de nosotros.
AlvaroBravo
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8 de octubre de 2018
20 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aborda las problemáticas pre adolescentes de la protagonista. Sus inseguridades, su falta de personalidad y su desesperación por ser aceptada y hacer amigos. La temática es interesante pero el desarrollo resulta bastante lento y lineal. Esperaba un poco más por sus buenas críticas.
Darío Lapicki
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19 de mayo de 2019
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya tontería de película, en serio. Le podéis dar más premios si queréis porque os encanta que el cine sea lento, estúpido, con guiones que parece que escriben niños de cinco años con encefalograma plano, por favor. Me da vergüenza que el cine se esté convirtiendo en esta mierda que ni siquiera creo que sea realista. De verdad, que yo hablo con chavalas de once años y de trece y no son tan tontas como para solo saber mantener una conversación sobre si les gusta el filtro de Snapchat. Que sí, que es verdad que ahora se pasan todo el día con el móvil en la mano y haciéndose vídeos y fotos y poniéndose filtros, pero vamos, esta niña no creo que sea un ejemplo general de esa generación y si realmente lo es el mundo está perdido, llegamos a la extinción en veinte años, no queda esperanza para nuestra especie.
Todo un guion lleno de tartamudeos y de "conversaciones" estúpidas. Bueno, hay niños así claro, más tímidos, que se esconden en sus habitaciones, con miedo a sus compañeros porque tienen baja autoestima y cosas así, pero insisto, esto no es normal tampoco. Si que es cierto que las redes sociales está destrozando a todas las nuevas generaciones pero esto es muy extremo, o bueno, yo que sabré, igual es normal, el mundo se va a la mierda.
Yo con once años ya leía a Stephen King, leía lo que me obligaban en el colegio y leía clásicos como Jane Eyre, Príncipe y mendigo y un largo etc. Igual deberían prohibir los putos móviles y las putas redes sociales para que la gente vuelva a ser normal y no diga tonterías cada vez que tiene que hablar con otro igual. Nosotros íbamos de vacaciones y como no teníamos móviles (todavía me quedaban unos cinco años para tener el primero) pues me daba una vuelta por el pueblo, ligaba con chicos mayores (con once años, pero un "ligar muy light"), me enseñaban a hacer surf y tomábamos coca colas, todo bien, teníamos conversaciones y nos daba vergüenza, como a todos, jugábamos a policías y ladrones, íbamos en bici...
Bueno, me ha parecido muy buena actuación la de la chica esta, pero vamos, que si realmente hay un alto porcentaje de chavales como los de esta peli espero que todo termine rápido.
Teresa
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