Escuadrón 6

Ida de olla (muy simpática en mi opinión) de Michael Bay (ya lo conocemos todos, 'Transformers') esta vez de la mano de Netflix produciendo lo que podría ser perferctamente una superproducción por el presupuesto que maneja (se dice que 150 millones más o menos, algo por debajo de 'El Irlandés', con sus 175 millones, es decir; las dos películas más caras producidas por Netflix hasta la fecha) que creo Bay los amortiza muy bien.

Sé que no estoy obligado a nada, y que nadie me apunta con un cal.44, pero dada la puntuación que le doy la gente al leer esto pedirá/reclamará justificaciones, y yo esta vez quiero darlas. A ver:
6 en la sombra tiene un guión de mierda, una trama muy pobre, la historia es infumable. Vamos que, si tuviera que puntuarla sólo por su guión suspende estrepitosamente, le daría un tres. Pero, como comentaba anteriormente dirige Bay, ¿y Bay qué es? Pues ya lo sabemos todos, explosiones por doquier cada 10 segundos cronometrados, carreras con deportivos de alta gama (evasión, más bien), un montón de rubias (Mélanie Laurent, 'Malditos bastardos', ojo...) y morenas (vaya con Adria Arjona) por el camino, peleas con tios que se parecen a Hulk, cámara lenta, un pulso muy frenético del ritmo...incluso añadimos Parkour en su último trabajo.

Y ahora ya lo tiro todo por la ventana y diré lo siguiente:
Me parece uno de sus mejores trabajos como director. Tiene golosinas como 'Dolor y dinero', '13 horas' o 'La roca'. Michael Bay es cine abusivo y excesivo.

Si estas de acuerdo estás tardando en verla, y si me odias pues lo siento. Es mi opinión.

No entiendo a los que critican está película por su guión, qué coj..nes esperan ver? El Padrino? Visualmente es impresionante, muy impactante, el montaje es muy dinámico, todo el film en si es una coreografía, no tiene el mejor guión del mundo ni es innovador en ese aspecto pero si vas a criticar este tipo de películas solo por su guión, mejor léete un libro porque en este caso, lo que se disfruta aquí es de arte visual.

Al principio, cuando había que realizar una operación encubierta los miembros del equipo actuaban sigilosamente, ni se hablaban. Todo era contemplar la acción de forma quirúrgica paso a paso, que si los cables, que si neutralizar un obstáculo, que si la vigilancia, etc. Eso era seriedad.

Luego, como eso ya estaba muy visto, crearon al gordito como asistente del líder, que sustituyó incluso al resto de componentes. Un fiera en ordenadores, tonelete a base de pizzas, desastrado y guarro. Y, señores, le pusieron voz, le dotaron del verbo para que dijera alguna tontería y así el héroe resultara por efecto, más héroe y encima gracioso.

A continuación se saturaron las pantallas de gorditos sabios para acompañar al héroe. Ya no era gordito el gracioso porque surge una conciencia social para combatir el sobrepeso ya que causa enormes pérdidas económicas, en particular en el sistema de la seguridad social. Se impone también una integración social de todos los seres vivos y así es como llega el momento en el que aparece Shrek y Asno. Momento clave.

Con Shrek y Asno en la heroica misión de liberar a la princesa (aquí es un "principito"), se produce el modelo de conversaciones entre los héroes (denominemos héroes al líder del grupo y al compañero) que se ha mantenido hasta la fecha invariablemente. Todas las películas de dibujos animados sean de Walt Disney o no, el héroe, o líder, aguanta con resignación las tonterías de su colega, el compañero torpe, el Asno, el gracioso, que además, sus exclamaciones serán siempre iguales y de la misma manera, en el mismo tono, la misma entonación, idéntica personalidad y usando los mismos tempos y espacios, máxime en instantes de apuro o peligro. Y tiene que resultar tierno. El líder se contagiará de su ternura y se hará más cercano al público. Y esto se ha pasado al cine de acción.

En particular en este tipo de películas a lo misión imposible, ya no caben gorditos ni asnos, se vuelve al grupo, pero el sistema de diálogos a lo Shrek y Asno ya es fijo. Sigue la condición multirracial en el grupo (ogros y asnos) pero, indispensable, ya tiene que ser gente guapa. Todos. Altos, ágiles, con peso molecular exacto. Eso sí, los patrones de la acción se mantienen ya inalterables. Cuando hablan entre ellos estos 6 tipos es igual que escuchar una película de dibujos animados pero para mayores: muchos personajes diferentes pero al mismo tiempo idénticos a los grupos de otras franquicias, todos hablando sin parar en donde la tontería no cesa. Se intercala ahora un tiro, ahora una explosión, ahora un comentario gracioso. Es la plantilla modelo para guionistas de la que no se sale. Y todo ello sin sentido pero funcionando como el mecanismo de un reloj, calcada a las demás películas, siguiendo pautas para una acción absurda, saltarina, repetitiva e idiota. Y así es el cine hoy día. Algunas películas con este formato distraen y otras como esta que nos ocupa, da asco, cansa, dan ganas de insultarlos sin parar gritando más que ellos.

Llegará el día en el que se vuelva a reiniciar el formato. Mientras habrá que esperar.

6 en la sombra es un Michael Bay de saldo.
De saldo porque se estrena directamente en Netflix sin pasar por salas y porque, una vez terminado su periplo en Transformers (donde ha dirigido él todas las entregas de la saga, algo inusual en una franquicia), está el hombre un poco viendo dónde ubicarse antes de meterse de lleno en el regalo que le ha caído del cielo en forma de Robocalypse, un proyecto largamente acariciado por Steven Spielberg durante años que finalmente dirigirá el realizador de Armageddon.
Con todo, 6 en la sombra es puro cine de Michael Bay: personajes muy machos (tanto hombres como mujeres) testosterona por todas partes, acción con cero profundidad en los personajes, cierto entretenimiento, mucho plano aéreo y una duración injustificada. O si no que alguien me explique a mí por qué una trama como esta necesita de más de dos horas, cuando 90 minutos pelados hubiesen sido más que suficientes, o incluso demasiados. En fin.
Sólo para muy fans del realizados o de Ryan Reynolds, pasándolo pipa en un registro similar al de Deadpool, que es el que le va, y lo hace muy bien.

A la gran mayoría nos gusta la mayonesa, el jamón de jabugo, los raviolis, los chicles de menta y los cacahuetes con chocolate. Michael bay lo sabe, y por eso hizo una comida usando todos ingredientes y el resultado es esta película.
Que sí, que nos gustan las explosiones, las chicas de muy (muy) buen ver, la música a tope, Ryan Reynolds, chistes malos, equipos de especialistas en sus campos y demás mierdas; Pero juntarlos no hace una buena peli.
De verdad que no esperaba encontrar situaciones muy elaboradas pero es que aun así telita.
La única razón para ver esta película, es que te guste la comida que he descrito arriba.