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Yozgat Blues

Drama. Comedia Sabri, un barbero que vive en la pequeña ciudad de Yozgat, en plena Anatolia, se enfrenta a una crisis emocional cuando conoce a Yavuz y Neşe, que llegan a la ciudad para cantar en un pequeño music-hall. Pero también Neşe y Yavuz se verán afectados y ninguno de sus deseos serán como ellos esperan que sean. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
28 de septiembre de 2013
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¿El despropósito? Una película (eso si no desahuciamos la valía del término película) turco-alemana de un director de nombre y apellido tan poco sugerente como su producto: Mahmut Fazil Coskun-Yozgat Blues .

Intentaré dejarla lista en pocas líneas. Para situarnos en esta acción ausente de significado, la trama intenta plasmar en, Yozgat, el corazón de la Anatolia algo así como la historia de un tándem de music hall formado por Yavuz y Ne. La historia pretende dar un giro sin conseguirlo, en el momento en que aparece en escena Sabri, un barbero de la ciudad el cual se irá sintiendo a la vez que poco realizado lleno de afecto por la mujer, recordemos Ne. El resto es un complejo tejido roto de algo que pretende ser una historia a contar.

Hablando de la estructura narrativa, ningún plano en sucesión funciona con el siguiente dentro del laberinto triste que supone el mal rollo de los personajes, la cueva inhóspita de las ideas que estos se supone que tienen y la tristeza del ambiente turco de la Anatolia. En cuanto a la técnica asistimos a numerosos planos mal filmados en los que la cámara se mueve como si vibrara o temblara en un mal soporte. Desconozco si este “nuevo director” pretendía demostrar algo con este juego pero más allá de un dolor de cabeza a los más jaquecosos no obtiene ningún otro resultado.

Además atendemos a unas reiteraciones horrorosas en el lenguaje fílmico que simulan muy poco afecto para un espectador (el tenaz que quede sentado en la butaca) al que nunca se le ha de tratar como si fuera un memo: en una escena en la que Sabri y Ne hablan sobre belleza facial, ésta le pregunta a él si conoce alguna máscara para los granos. En el plano, en el que siempre vemos a la cajera y el diálogo de los protagonistas, se ve claramente como la cajera ya va dispuesta a buscar esa crema tras escuchar las palabras de Ne, pero aún así Sabri (insisto, todo en el mismo plano sin que cambie nada), vuelve a preguntar “¿Tiene una máscara para los granos?”. Sinceramente, no entiendo estas reiteraciones fatigosas, tan simplonas y torpes que exponen los límites muy limitados de un director al que (si no cambia radicalmente su obra) le viene grande esto del cine.

Por si todo lo expuesto fuera poco, los personajes están acartonados. En sus rostros tan sólo se percibe aburrimiento y amargura ante todo y todos, más que algún sentimiento justificado de insatisfacción personal. Si he de salvar algo, por decir, diría la primera escena en la que canta el protagonista Yavuz en un centro comercial vacío un Adagio romántico-precioso que popularizó Toto Cutugno, pero que de tanta repetición musical hasta lo estropea, en una canción soporífera a lo largo del metraje. En esa primera escena la sensación es que parece que uno va a asistir a “algo diferente”, a, efectivamente, el cine nuevo de un nuevo director, pero qué ilusos… tan sólo asiste a una sucesión de planos aburridos de un ritmo lentísimo que duerme hasta al espectador más terco por intentar salvar ésto.

Yozgat blues te deprime si estás de buen humor y si estás de mal humor aún te deja más chafado. Es un desastre. Un intento fracasado de crear sentimientos que se pierde en el espacio sideral de la basurilla del cine. Una pérdida de tiempo. Una gilipollez insufrible.
arrébola
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