Werner Herzog es un director clásico. Tomando como ejemplo su poética y onírica "Nosferatu", nos encontramos ante una inquietud por el cine maravillosa. La simpleza y desnudez de sus obras conmueve. Su búsqueda de la maldad humana, de su espíritu asesino e implacable y por supuesto del maravilloso sentido de supervivencia que radica en cada uno de nosotros, es un elemento reiterativo en su dilatada carrera.

Herzog plantea aquí el desarrollo lineal de la vida y hazañas de un piloto norteamericano derribado en la frontera entre Vietnam y Laos, el cual es capturado por guerrilleros posiblemente del Vietcong. Situándonos en un portaviones, la antesala a los verdaderos acontecimientos sitúa, pero no satura. Todo lo que viene después es un festín de grandes actuaciones, supervivientes, hambre, dolor y degradación humana. No es una película especialmente dura, pero en ocasiones puede hacer cuesta arriba. Su dirección, lenta, templada, refleja muy bien la continuidad de los días en la selva, y en otros lugares que no diré para no desvelar nada de la trama.

Poco a poco vamos empatizándonos con los personajes, con un Christian Bale a la cabeza sencillamente magistral (le considero uno de los mejores actores de su generación). No obstante, Steve Zahn es un portento, un coloso, todo ojos azules encerrados en un cuerpo estéril y absolutamente derrotado. Jeremy Davies es sin duda el fiel reflejo de la locura. Todo el reparto es tan bueno, que llegué a emocionarme con el transcurso de los acontecimientos. Deseas que las cosas lleguen a buen puerto, sientes en tu propia piel el hambre, el dolor, la derrota, el miedo y la rendición.

No puedo explayarme demasiado porque revelaría datos y escenas prodigiosas. Sólo me queda recomendarla, y para aquellos que disfruten especialmente con el cine bélico, es de OBLIGATORIO visionado. Me ha encantado, he sufrido y he acompañado a este piloto en su lucha extrema por la libertad y la vida misma. Herzog, gracias por darnos posiblemente la mejor crónica de guerra en forma de cine de la última década.