Celos, locura, secuestro, tortura, humillación, castigo. Esto es todo lo que podemos ver en Que fue de Baby Jane.
La película se rodea de un ambiente claustrofóbico, tétrico que sirve cómo telón de fondo para mostrar la decadencia de dos seres humanos. Dos personas arrastradas desde su infancia por el odio mutuo, un odio que son incapaces de aceptar y que cuando el éxito acaba les explota en la cara y las convierte en dos muñecos esperpénticos.

Quizás el uso de los recursos dramáticos parezca un tanto naïf hoy en día, pero aún así la película resulta más terrorífica y brutal que ciertas presuntas películas de terror actuales.

Hay que destacar, cómo no, la impresionantes actuaciones de Bette Davis y de Joan Crawford. La primera cómo la hermana psicópata y la segunda cómo la presunta hermana víctima. El resto del elenco, aunque correcto, no deja de ser un acompañamiento al brutal duelo interpretativo de las protagonistas.

Quizás sus autores nunca lo reconoceran, pero desde luego obras como Misery o incluso Muertos de Risa de Álex de la Iglesia nunca hubieran existido si esta obra maestra que és Que fue de Baby Jane no se hubiera hecho.