Una revolución de individuos, de lobos solitarios, de personas que en una fase terminal de sus vidas se ven afectados por el virus del sentido común y deciden, cada uno de ellos, animados por el ejemplo de los pioneros, dejar un regalo a la raza humana, que tiene que ver con la administración de justicia por la vía rápida. Una ocurrencia coherente que más de una vez se nos ha pasado por la cabeza, y más de una vez habrá puesto nerviosos a los posibles receptores de esta singular venganza.

Puede parecer una simple historia con visos de ciencia ficción, pero la realidad en que nos vemos inmersos, los flagrantes casos de corrupción y la sensación de que nos han engañado, robado y denigrado; coloca esta pequeña y sustanciosa obra de Marc Barbena en el centro de la rabiosa actualidad. Hasta el punto de que si colocas en televisión, en mitad de un programa informativo, parte de la temática más documental (menos ficticia), más de uno picaría y daría por ciertos esos raros, pero creíbles, acontecimientos.

Muy recomendable, sobre todo, para aquellos que han llegado en los últimos tiempos a la política con el único afán de enriquecerse, colocar a los amiguetes, viajar a las Islas Caimán y poner toda la maquinaria de los estados a su servicio; confiando en la invencible manipulación y compra de voluntades. Siempre habrá un resquicio por el que se cuele un imparable soplo revolucionario que dé al traste con el Gran Hermano. Temblad, sinvergúenzas, comeos los jamones que vuestro fin está próximo.