Destaca por su enfoque en las relaciones humanas y la importancia de la empatía. La trama se sitúa en un entorno rural cerca de Tokio, donde una empresa planea construir un camping de lujo que amenaza con alterar el ecosistema local. Lo que comienza como una película de denuncia ecológica, evolucionando hacia un thriller que sumerge al espectador en una atmósfera inquietante.

La dirección de Hamaguchi se distingue por su capacidad para encontrar poesía en la sutileza de la realidad, centrándose en la creación de una atmósfera única. Los planos lejanos, las imágenes nítidas y el uso del silencio contribuyen a una sensación casi mística. Aunque la narrativa experimental puede desconcertar a algunos, la película es una experiencia sensorial que invita a la reflexión.

El inicio de la película, con un largo travelling contrapicado que muestra las copas de los árboles, establece el tono y la estética de la película. Aunque puede resultar lento en momentos, la belleza de los paisajes y el mensaje ecologista compensan cualquier tedio, ofreciendo un viaje cinematográfico que vale la pena experimentar.

Fusiona la belleza natural con una narrativa enigmática y cautivadora. A pesar de sus desafíos en ritmo y estilo, ofrece una reflexión profunda sobre las relaciones humanas y el impacto del desarrollo en el medio ambiente.