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Spain Spain · Salamanca
La Maga rating:
8
Thriller. Drama. Romance Shanghai, 1942. The World War II Japanese occupation of this Chinese city continues in force. Mrs. Mak, a woman of sophistication and means, walks into a café, places a phone call, and then sits and waits. She remembers how her story began several years earlier, in 1938 China. She is not in fact Mrs. Mak, but shy Wong Chia Chi (Tang Wei). With WWII underway, Wong has been left behind by her father, who has escaped to England. As a ... [+]
Language of the review:
  • es
December 4, 2007
84 of 99 users found this review helpful
Siento discrepar con mi compañero José Carlos. Acabo de ver Lust, caution en el Pöff, Festival de Cine de Tallinn, y, sinceramente, me parece, sin ningún atisbo de duda, de lo mejor que he visto este año. Ang Lee se confirma para mí como uno de los más talentosos autores del momento (ya lo demostró el año pasado con Brokeback Mountain, la obra maestra de la temporada, con la que Lust, caution comparte muchas señas de identidad e inquietudes). Y sí, damas y caballeros, digo autor porque es indudable y envidiable el oficio que este director ha mamado con el tiempo. Si al principio la película nos adentra en los cachivaches artísticos de unos sencillos universitarios con ínfulas patrióticas, poco a poco Ang Lee nos sumerge en una historia de espías y amantes con más aristas que La Casa Blanca. Mención especial merecen las interpretaciones de los dos protagonistas - pareja a recordar -, un Tony Leung capaz de desquitarse de su lado más bonachón y romántico (In the mood for love) y una Joan Chen que enamora, emociona y desgarra a partes iguales. No pretendo hacer una crítica, simplemente son unos apuntes, pero si son de paladares finos, y les gusta saborear las cosas sin prisas, no lo duden y denle una oportunidad a esta clase magistral de dirección. Sólo flojea en algunos instantes, pero son leves dispersiones, pues la obra posee tan buen gusto por los clásicos de siempre (Casablanca), que uno al final no puede sino rendirse ante las evidencias: estamos ante uno de los directores con más buen porvenir y peso en la industria del cine. Con Ang Lee, el clasicismo, en el buen sentido de la palabra, está a salvo (muchos dólares tienen que ofrecerle para que se traicione), dejando a la altura del betún el ejercicio onanista (El buen alemán) del sobrevalorado Soderbergh. Viejos combatientes del celuloide, degusten unos minutos que pasan volando gracias a una exquisita planificación (hay secuencias de escuela, para enmarcar), y si algunas tramas secundarias flojean, todo sea porque, al final, lo único que importa es que el amor es la única patria.
La Maga
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