Como si un predicador que nos instruyera fuere, con este spaguetti western Sergio Corbucci trata de aleccionarnos sobre lo perjudiciales que pueden ser varios comportamientos como la avaricia, el compulsivo deseo sexual, o el no saber aceptar las derrotas. Para ello, nos hace seguir el recorrido de un carromato en mitad del desierto justo después de la finalización de la guerra civil norteamericana.

Un antiguo coronel del vencido ejército sureño consigue, con ayuda de sus hijos, robar en terreno confederado una importante suma de dinero con la intención de reorganizar su antiguo ejercito. Para lograr atravesar el terreno enemigo, esconde el dinero en un ataúd y contrata a una mujer para hacerse pasar por la viuda del supuesto fallecido.

La película se trata de una sencilla producción italo-española con muy buenas intenciones, pero que no termina de destacar por unos personajes excesivamente planos, un guión demasiado simple y una historia de amor que no se la cree nadie. Sin enbargo es un largometraje que se deja ver y que esconde una segunda lectura explicada en el spoiler.

Lo más destacable es, sin lugar a duda, el personaje de Ben; mucho más rico en comparación a los demás. También destacar las interpretaciones tanto de Julián Mateos como de Norma Bengell.




Sergio Corbucci trata con este spaguetti western de mostrarnos