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Zappianin rating:
8
Language of the review:
- es
January 20, 2023
2 of 2 users found this review helpful
Con un arranque suave, elegante, un paseo de tiendas por Tokio, filmado con ritmo musical, primero sonido ambiente de la ciudad, da paso al jazz, el sonido de la trompeta se incrusta con gran elegancia visual y sonora, por estos cuatro primeros minutos merece la pena su visionado.
Sale el nombre de Kobayashi y desaparece la música y oímos el ruido ambiente de la calle, de nuevo.
La estructura elegida para narrarnos la historia, es un amplio flash back circular, de bella factura.
Voy a comentar sobre todo aspectos visuales que me han cautivado.
Un guiño clarísimo a la escena de la ducha de psicosis.
Un erotismo sutil, sofisticado, inunda la pantalla en abundantes planos y escenas:
El plano, de la mujer desnuda, boca abajo, sacando la lengua libidinosamente y el peine gigante que llega hasta sus nalgas, me parece genial. 1 hora 10 segundos, se encuentra. Con un fondo de joyas, las aspiraciones de casi todos los personajes, lujo, dinero.
Esta imagen contiene la quintaesencia del argumento, inolvidable.
Hay un homenaje patente al jazz, al bebob, la secuencia del garito, con esos primeros planos de músicos.
El recurso de la voz en off, en forma de monólogo interior de la protagonista, es admirable.
Lo usa lo justo, dos o tres veces solamente.
El montaje es ágil, muy hábil en su orquestación de lo que muestra y su orden, crea vivacidad, ritmo y atmósfera en la historia, muy trabajado.
El juego de miradas que hay durante toda la película, es deslumbrante, sobre todo las de Keiko Kishi, a la postre máxima protagonista del filme, saca petróleo de este recurso y con un estilo admirable.
La iluminación de ambientes tan variopintos como, callejones, garitos musicales, antros, oficinas, restaurantes, habitaciones, la misma ciudad, es extraordinaria, mención especial a la fotografía de Takashi Kawamata.
Inserta algunos planos detalle maravillosos, cuando se derrama el licor, por ejemplo. Hay bastantes.
La secuencia de la pelea en el antro es sensacional, la variedad de ambientes está muy lograda a nivel visual atmosférico, adentrándote en realidades distintas con la magia de las imágenes.
Hay mucho de cine negro en la obra, sobre todo a nivel estético.
Codicia, ambición, poder, lujo, chantaje, corrupción, dinero, mucho dinero y la podredumbre de sentimientos que puede llegar a producir, generando lo más pútrido del ser humano.
Sale el nombre de Kobayashi y desaparece la música y oímos el ruido ambiente de la calle, de nuevo.
La estructura elegida para narrarnos la historia, es un amplio flash back circular, de bella factura.
Voy a comentar sobre todo aspectos visuales que me han cautivado.
Un guiño clarísimo a la escena de la ducha de psicosis.
Un erotismo sutil, sofisticado, inunda la pantalla en abundantes planos y escenas:
El plano, de la mujer desnuda, boca abajo, sacando la lengua libidinosamente y el peine gigante que llega hasta sus nalgas, me parece genial. 1 hora 10 segundos, se encuentra. Con un fondo de joyas, las aspiraciones de casi todos los personajes, lujo, dinero.
Esta imagen contiene la quintaesencia del argumento, inolvidable.
Hay un homenaje patente al jazz, al bebob, la secuencia del garito, con esos primeros planos de músicos.
El recurso de la voz en off, en forma de monólogo interior de la protagonista, es admirable.
Lo usa lo justo, dos o tres veces solamente.
El montaje es ágil, muy hábil en su orquestación de lo que muestra y su orden, crea vivacidad, ritmo y atmósfera en la historia, muy trabajado.
El juego de miradas que hay durante toda la película, es deslumbrante, sobre todo las de Keiko Kishi, a la postre máxima protagonista del filme, saca petróleo de este recurso y con un estilo admirable.
La iluminación de ambientes tan variopintos como, callejones, garitos musicales, antros, oficinas, restaurantes, habitaciones, la misma ciudad, es extraordinaria, mención especial a la fotografía de Takashi Kawamata.
Inserta algunos planos detalle maravillosos, cuando se derrama el licor, por ejemplo. Hay bastantes.
La secuencia de la pelea en el antro es sensacional, la variedad de ambientes está muy lograda a nivel visual atmosférico, adentrándote en realidades distintas con la magia de las imágenes.
Hay mucho de cine negro en la obra, sobre todo a nivel estético.
Codicia, ambición, poder, lujo, chantaje, corrupción, dinero, mucho dinero y la podredumbre de sentimientos que puede llegar a producir, generando lo más pútrido del ser humano.