No conseguí conectar con esta película, me pasé todo el rato esperando a que subiera de intensidad sin lograrlo.

Es un remake actualizado de la apreciable "La muerte de vacaciones", del interesante Mitchell Leisen nada menos que de 1934, la cual he tenido la suerte de ver.
Si bien como romance se sostiene sobre el mensaje de que hasta la propia muerte pueda sucumbir a los sentimientos humanos, permitiéndole sentir lo que es el amor y el desasosiego que conlleva, la parte dramática de lo efímero de la vida y las últimas oportunidades se diluye, en ningún momento llega a ser un pilar sólido en el que la historia se pueda apoyar y crecer.
Hopkins y Pitt me parecen fríos y distantes, y creo que no tienen chispa entre ellos, como tampoco la tuvieron en "Leyendas de pasión", por mucho que las adolescentes la adoren, lo cual puede ser perfectamente un fallo mío, ya que el cine, como el arte, es subjetivo y depende del individuo que lo aprecia.

Lo que sí es apreciable es la música de Thomas Newman, un maestro.