No es mi intención extenderme, puesto que ya hay varias críticas negativas que con acierto denostan las incontables taras de este subproducto.

Esto no es más que una película de acción floja y del montón con licencia Star Wars. Siendo devoto declarado de la trilogía original (especialmente de la primera y la segunda), he de decir que este bodrio ha cambiado no sólo mi percepción del trabajo de Abrams en el Episodio VII (al lado de esto, vanguardista, y tratando de ser objetivos, ciertamente entretenido y llevadero), sino hasta mi idea de las tan odiadas precuelas, que por momentos recordamos como puro cine de autor cuando asistimos al soporífero, plano y petardo derroche de medios con que Disney quiere engodarnos estas navidades: al menos en aquéllas quedaba algo -muy poco, de acuerdo, pero algo- del veneno con que nos atrapó Lucas hace hoy ya prácticamente 40 años.

Por resumir, es malo todo: El guión es digno de cualquier telefilme, las actuaciones son (gracias, en parte, a lo anterior) sosas y desapasionadas, la música (?) peor que la de cualquier videojuego de SW con BSO propia (de hecho los hay que directamente le dan vueltas a la partitura de este tan desacertado Giacchino), la fotografía -parece que en este punto hay consenso- para mi gusto no es sino lamentable y pura cutrez digital.

Sobraba contar esta historia -y desmerecer así el mítico inicio de la saga- pero sobraba aún más contarla así, de una manera tan chabacana que uno no se siente ni estafado, sino directamente tratado como cualquier animal de granja (audiovisual).

Algo me dice, a pesar del furor que ha generado, que en unos años la cinta se verá abocada a compartir categoría con el SW Holiday Special y las películas de los Ewoks. En definitiva, una película de marca "Star Wars" digna de los tiempos oscuros en que vivimos, más parecida a cualquier Marvel-turd que a nada que hasta ahora haya llevado el sello de la saga galáctica.

Tan solo espero olvidarla pronto.