Luego de haber entrado a los diferentes mundos de Cronenberg uno sale diferente. Cuando uno termina de ver una de sus películas se siente asqueado y maravillado al mismo tiempo. Me es imposible calificar una película suya inmediatamente de verla. Las ideas y las imágenes se encuentran demasiado frescas. Cronenberg pinta realidades con demasiada sangre, por lo tanto hasta que no se seque uno no puede descubrir el crimen oculto.
Ya ha pasado tiempo que he visto Videodrome y es ahora cuando encuentro el valor de este nuevo crimen del canadiense. Una obra exquisita que muestra en múltiples delirios la política de la televisión de mostrar lo que sea por mayor audiencia, la violencia explícita, conceptos encontrados sobre la realidad junto con las deformaciones del cuerpo y en ésta particularmente de la mente.
Lástima la censura que tuvo que sufrir esta obra, la cual vió cortada escenas que hubiesen sido la delicia de sus seguidores