Si ya conoce otras versiones de este clásico de Agatha Christie, no se pierda esta. Es, hoy por hoy, la culminación de esta claustrofóbica historia puesta en imágenes.

La atmósfera... La atmósfera que se consigue en esta ocasión se disfruta a rabiar. Más aún cuando en otras versiones nos hemos visto defraudados por unas puestas en escena que jamás llegaron al sobresaliente. El lujo en el interior del vagón, ese tren sumergido en la nieve, que nos congela con solo mirarlo, ese agua helada colgando del grifo del lavabo, ese vagón restaurante en el que todos desearíamos estar... Impagable todo.

En lo que respecta a los personajes, David Suchet está (al igual que en otras historias de esta misma serie) en la cúspide de la interpretación del detective pero, esta vez, solo esta vez, nos revelará parte de su alma, algo que en sus otros casos ha mantenido con gran intimidad. En cuanto al resto del elenco consigue dos cosas: que nos creamos sus personajes y también que nos interesen. Están perfectos.

No es 3D. Es historia, es interpretación, es ambientación, es cine Bravo por la genial dirección.

No quiero que mi entusiasmo por este hallazgo llegue a aburrir al que se dé con estas líneas. Si disfruta con este género de crímenes elegantes, esta es su ocasión de pasarlo muy bien.