Sr. y Sra. Smith nace como una de esas películas diseñadas para vender entradas a fans incondicionales y gente con ganas de desconectar.

Da la casualidad que esta película ha tenido una de las promociones más importantes y baratas de los últimos tiempos: Eso de que los protagonistas: sexys (según para quien) famosos, ricos y con legiones de fans se enamoren durante un rodaje llena páginas y páginas de diarios y ocupan minutos de oro en la televisión y todo de manera gratuita, la panacea de cualquier productor. Encima si la novia despechada de uno de ellos ataca a la pareja, se forman grupos de opinión, y en las calles aparecen camisetas a favor de los diferentes frentes, se convierte en un pelotazo en la taquilla.

Da igual si la película es buena o mala, previsible o sorprendente... todo eso queda relegado a un segundo plano, sólo por el morbillo de ver la película que armó todo el revuelo bien merece la pena pagar algún eurillo en el cine.

Pero con la cabeza fría, sin sentir el amor de los fans y dándome igual si hay química entre los protagonistas, puedo decir que la película no vale mucho.

Una sucesión de posturitas, giros de guión imposibles y mucho plano de musletes, bíceps y demás… (que es a fin de cuentas lo que se esperaba)