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Spain Spain · Zaragoza
Juan Solo rating:
7
Drama. Romance. Musical Kenneth Branagh's musical adaptation of Shakespeare's comedy sets the action in the last few days before the start of World War II. In the fictional kingdom of Navarre, King Ferdinand (Alessandro Nivola) and three chums take vow to study rigorously and avoid women for three years. Their vow is immediately tested with the surprise visit of the Princess of France (Alicia Silverstone) with three ladies-in-waiting. Romantic merriment ensues ... [+]
Language of the review:
  • es
January 24, 2011
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De todas cuantas adaptaciones de textos de William Shapespeare ha llevado a cabo a lo largo de su carrera el director británico Kenneth Branagh, ésta es sin duda la más heterodoxa y la menos convencional. En Trabajos de amor perdidos, Brannagh toma como base una de las piezas menos conocidas del autor de Romeo y Julieta y, trasladando su acción a la época contemporánea (vísperas de la II Guerra Mundial) la convierte en un musical al estilo del Hollywood dorado en el que no faltan los clásicos standars de George Gershwin o Cole Porter. Está claro que por un lado las lecturas de Shakespeare siempre son un deleite para el espíritu y por otro las canciones de Porter y Gershwin resultan maravillosas y eternas, nunca se pasan de moda; esta película se atreve a combinar estos dos placeres que por separado funcionan tan bien, y ¿cuál es el resultado?

Pues nada malo, mire usted. La verdad es que uno se acercaba con cierta reticencia a estos trabajos de amor y, conociendo la tendencia a los excesos y la megalomanía que se gasta de vez en cuando el amigo Kenneth, ya casi se ponía en lo peor. Pero no. Aquí, como diría el otro, la cosa funciona. El mérito quizá es haber elegido dentro del repertorio shakespeareano el argumento de una comedia ligera cuyos enredos recuerdan a veces al de la más conocida Mucho ruido y pocas nueces, y al que el tono de las melodías seleccionadas parece adaptarse como un guante. Si a ello le añadimos una cuidada puesta en escena, una bella fotografía y unos actores que cumplen a la perfección en todo momento ya tenemos todo lo necesario para que los puristas de la obra de Sir William no acaben rasgándose las vestiduras. A estas alturas y con el prestigio acumulado durante años, a Branagh no se le hubiese permitido una blasfemia de ese calibre.

Dicen que William Shakespeare ha sido y es por muchas razones el mejor guionista de la Historia del Cine. Viendo esta película, y perdón por la “boutade”, a uno le da por pensar la cantidad de maravillas que este señor nos hubiera podido brindar viviendo en los años 30, trabajando a sueldo de la RKO y creando historias para los Lubitsch, Leitsen, McCarey y compañía.
Juan Solo
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