May 10, 2021
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P. McCartney interpreta su canción apoyado en una coreografía curiosa y bien traída que remite a los años lejanos en que The Beatles todavía andaban por los escenarios.
La melodía es pegadiza y la introducción que la precede, a modo de escena cinematográfica, permite al cantante británico exhibir sus dotes de artista.
El vídeo está bien estructurado, es correcto en todos sus extremos, posee gracia, una apreciable capacidad de atracción y unas hechuras que, en general, consiguen cierto impacto.
Sencillo pero valioso.
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