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casandra rating:
10
7.4
2,380
Drama
King Henry II of England has trouble with the Church. When the Archbishop of Canterbury dies, he has a brilliant idea. Rather than appoint another pious cleric loyal to Rome and the Church, he will appoint his old drinking and wenching buddy, Thomas Becket, technically a deacon of the church, to the post. Unfortunately, Becket takes the job seriously and provides abler opposition to Henry than his predecessors were able to do. This ... [+]
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- es
September 29, 2023
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Iba a lanzarme una larga consideración acerca del aspecto más resaltante de la película, a mi modo de ver, que es el papel que juega Dios en este drama. Frente a los que consideran lo más relevante el choque entre dos instituciones (la Iglesia y la Corona) debido a las fluctuaciones anímicas del rey , contraponiendo la exageración interpretativa de de O'Toole a la sobriedad rayana en la frialdad de Burton. El comentario de "Ignacio"me ha evitado tener que argumentar a favor de lo antedicho, y el propio Jean Anouilh, autor del drama original, lo subtitula "Becket o el honor de Dios"
¿Quién es ese Dios que Becket tiene que defender hasta la muerte? Pues tengámoslo claro: Becket excomulga alrey por amor a Dios hasta el desprecio de sí mismo, Y el rey asesina a Becket por amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios.
¿Quién es ese Dios que Becket tiene que defender hasta la muerte? Pues tengámoslo claro: Becket excomulga alrey por amor a Dios hasta el desprecio de sí mismo, Y el rey asesina a Becket por amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios.
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Spoiler:
Becket, de Peter Glenville, está basado en la obra teatral de Jean Anouílh Becket ou l´Honneur de Dieu (Becket o el Honor de Dios) que a su vez es un drama acerca de la vida de Tomás Becket, quien fue Arzobispo de Canterbury y fue declarado mártir después de morir asesinado por esbirros del Rey Enrique II de Inglaterra (no confundir con otro mártir inglés Tomás Moro, ejecutado por Enrique VIII). La obra de Anouilh y el film de Glenville nos muestran el proceso de conversión de Tomás Becket (Richard Burton) de un cínico sajón al servicio de sus enemigos normandos a un santo de la Iglesia Católica.
Cuando el rey normando (Peter O´Toole), queriendo realizar una jugada maestra, lo nombra Arzobispo, ocurre en Tomás un proceso interior de conversión religiosa que lo lleva, en lugar de seguir los planes del rey, a descubrir que había otro Rey por encima de Enrique, cuyo honor debía defender como siervo y obispo. Se enfrenta a Enrique, pasando de la íntima amistad a una confrontación que lleva a excomulgarlo.
Es impresionante el modo como Anouilh / Glenville / Burton / O´Toole logran mostrar la complejidad de ambos personajes: por un lado Becket (Burton), quien siempre racional y aparentemente frío, pero de sentimientos profundos, pasa del nihilismo y el cinismo a una ardiente fe y convicción acerca de la misión que Dios le ha encomendado, y por otra Enrique (O'Toole), al principio desconcertado, no comprende lo que le está ocurriendo a su entrañable amigo quien se niega a seguir su juego de poder. De este modo, se ve llevado al conflicto entre aceptar la
independencia de la Iglesia respecto al Trono, por lo menos en asuntos espirituales, o acabar con Becket. Éste se ve obligado a huir y apelar al Papa. Pudiendo quedarse y salvar su vida, escoge regresar y enfrentarse al rey, sabiendo lo que le espera. Una tarde, durante el rezo de vísperas, los esbirros del rey irrumpen en la Catedral y asesinan a Becket. Posteriormente, ante el fervor y el clamor popular, Enrique visita la tumba de Becket, donde deberá hacer penitencia pública dejándose azotar por unos monjes sajones.
Al finalizar exclamó para sí:
-"!Ni un azote se han ahorrado estos malditos sajones!"
Posteriormente él mismo elevará la petición a Roma para la canonización de Becket.
Esta tragedia que he tratado de resumir es interpretada por ambos actores en un verdadero duelo en el drama y en la vida real, pues ambos querrían sobresalir, pero para lograrlo tenían que colaborar uno con el otro para que favorecer la comprensión del texto de Anouilh. Esto se logró de modo superlativo. Tanto Burton como O´Toole dieron lo mejor de sí.
¿Cuál era la salida honesta del jurado de la Academia? El Oscar se le debió dar a los dos: Burton y O´Toole debieron compartir la estatuilla ese año de 1964, especialmente tomando en cuenta que habían trabajado en el mismo film. Pero hasta entonces eso no había ocurrido jamás: en 1969 habría el primer empate entre Katharine Hepburn (El león en invierno), y Barbra Streisand (Funny Girl), quienes compartieron la estatuilla. Curiosamente, en El león en invierno, Hepburn interpreta a Leonor de Aquitania, la esposa del mismo Enrique II de Becket, interpretado por un O´Toole envejecido por el maquillaje, pues la acción ocurre muchos años después de muerto el Arzobispo mártir.
Sin embargo, el Oscar al Mejor Actor se le adjudicó a Rex Harrison por My Fair Lady.
Soy un fan de algunos musicales, y My Fair lady está en la lista. La he visto muchísimas veces. Harrison es un auténtico Rolls-Royce de la actuación (la frase no es mía) y la suya en este film es memorable. Pero los ganadores, para este servidor, son Richard Burton y Peter O´Toole.
O si lo prefieren, Peter O´Toole y Richard Burton. As you like it.
Cuando el rey normando (Peter O´Toole), queriendo realizar una jugada maestra, lo nombra Arzobispo, ocurre en Tomás un proceso interior de conversión religiosa que lo lleva, en lugar de seguir los planes del rey, a descubrir que había otro Rey por encima de Enrique, cuyo honor debía defender como siervo y obispo. Se enfrenta a Enrique, pasando de la íntima amistad a una confrontación que lleva a excomulgarlo.
Es impresionante el modo como Anouilh / Glenville / Burton / O´Toole logran mostrar la complejidad de ambos personajes: por un lado Becket (Burton), quien siempre racional y aparentemente frío, pero de sentimientos profundos, pasa del nihilismo y el cinismo a una ardiente fe y convicción acerca de la misión que Dios le ha encomendado, y por otra Enrique (O'Toole), al principio desconcertado, no comprende lo que le está ocurriendo a su entrañable amigo quien se niega a seguir su juego de poder. De este modo, se ve llevado al conflicto entre aceptar la
independencia de la Iglesia respecto al Trono, por lo menos en asuntos espirituales, o acabar con Becket. Éste se ve obligado a huir y apelar al Papa. Pudiendo quedarse y salvar su vida, escoge regresar y enfrentarse al rey, sabiendo lo que le espera. Una tarde, durante el rezo de vísperas, los esbirros del rey irrumpen en la Catedral y asesinan a Becket. Posteriormente, ante el fervor y el clamor popular, Enrique visita la tumba de Becket, donde deberá hacer penitencia pública dejándose azotar por unos monjes sajones.
Al finalizar exclamó para sí:
-"!Ni un azote se han ahorrado estos malditos sajones!"
Posteriormente él mismo elevará la petición a Roma para la canonización de Becket.
Esta tragedia que he tratado de resumir es interpretada por ambos actores en un verdadero duelo en el drama y en la vida real, pues ambos querrían sobresalir, pero para lograrlo tenían que colaborar uno con el otro para que favorecer la comprensión del texto de Anouilh. Esto se logró de modo superlativo. Tanto Burton como O´Toole dieron lo mejor de sí.
¿Cuál era la salida honesta del jurado de la Academia? El Oscar se le debió dar a los dos: Burton y O´Toole debieron compartir la estatuilla ese año de 1964, especialmente tomando en cuenta que habían trabajado en el mismo film. Pero hasta entonces eso no había ocurrido jamás: en 1969 habría el primer empate entre Katharine Hepburn (El león en invierno), y Barbra Streisand (Funny Girl), quienes compartieron la estatuilla. Curiosamente, en El león en invierno, Hepburn interpreta a Leonor de Aquitania, la esposa del mismo Enrique II de Becket, interpretado por un O´Toole envejecido por el maquillaje, pues la acción ocurre muchos años después de muerto el Arzobispo mártir.
Sin embargo, el Oscar al Mejor Actor se le adjudicó a Rex Harrison por My Fair Lady.
Soy un fan de algunos musicales, y My Fair lady está en la lista. La he visto muchísimas veces. Harrison es un auténtico Rolls-Royce de la actuación (la frase no es mía) y la suya en este film es memorable. Pero los ganadores, para este servidor, son Richard Burton y Peter O´Toole.
O si lo prefieren, Peter O´Toole y Richard Burton. As you like it.