‘Furia ciega’ es una bizarrísima “road movie” con elevadísimas dosis de flipaduras y frikismo en estado puro y bruto. Es un despliegue de escenas de acción francamente bien rodadas (peleas, tiros, explosiones, persecuciones…), frases y diálogos tan rematadamente duras/os que te terminas partiendo de la risa, personajes “tarantinianos” llevados hasta más allá de sus límites conocidos y por conocer, camareras en celo permanente y algunos desnudos que se dejan ver...

Es muy de agradecer que el film en ningún momento se tome en serio así mismo y de barra libre al espectador, para disfrutar con todo lo que tiene que ofrecer… Y miren por donde, la verdad es que uno lo pasa francamente bien viendo esta película. No engaña absolutamente a nadie, ofrece el producto “en bruto” y si como a mi te gusta la acción, los personajes extremos, las frases lapidarias y todo lo demás pues te aseguro que viendo ‘Furia ciega’ lo vas a pasar bien.

En el reparto destacan Nicolas Cage, Amber Heard y William Fichtner. Cage se pasa todo el film con “cara de palo” y pelucón rubio. Su expresión facial apenas cambia y el pelucón le da un aire todavía más indescriptible si cabe. Amber se pasa buena parte del film luciendo unos cortísimos “shorts” vaqueros que dejan al descubierto para deleite de todos los espectadores masculinos sus increíbles y bellísimas piernas. Fichtner va impecablemente vestido con un traje de Hugo Boss, y no se le mueve ni un solo pelo de la cabeza cuando apaliza a según qué desgraciados que se cruzan en su camino.

En definitiva: ‘Furia ciega’ es como un cajón de sastre de frikadas y flipaduras puras y duras con las que pasar un divertidísimo rato viendo tiros, explosiones, frases y personajes duros, muscles cars y algunas tetas. Lo mejor para ver este film es sentarse cómodamente en la butaca, colocar nuestro cerebro en la de al lado y disfrutar plenamente de lo que se nos ofrece en pantalla sin tomárnosla en serio.

-Lo mejor: Una bizarrada filmada con la única intención de ser disfrutada.

-Lo peor: Recomendado no tomársela demasiado en serio a riesgo de ponerla de vuelta y medio...

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