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Spain Spain · Barcelona
rober rating:
6
Comedy Hollywood, in the 50s. A fixer named Eddie Manix works for the studios to protect the stars of the day from deep-six scandalous stories, whether it be romantic dalliances, drug use, DUIs, arrests, serious threats, you name it.
Language of the review:
  • es
May 29, 2016
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El cine de los Coen es tan irónico y ambiguo que a veces no queda del todo claro cuándo están homenajeando algo y cuándo lo están vilipendiando… Es más, yo estoy seguro de que, desde la nostalgia y la ternura, son capaces de hacer las dos cosas al mismo tiempo. Eso es lo que pasa con “Ave César!” y la mirada que los directores proponen sobre el Hollywood de los años 50. Si te acercas demasiado, todo huele a podrido, a mafia, a engaño… Pero el espectáculo siempre ha de continuar, y la magia se acaba imponiendo. Con este planteamiento tan ambicioso es casi imposible que todo encaje a la perfección. En “Ave César!” se combinan grandes momentos con otros que no lo son tanto. Brolin está magnífico y con su actuación da continuidad a una obra que en muchos momentos parece al borde del naufragio. Los personajes secundarios van y vienen, en un conjunto de historias entrecruzadas que se nos relata a un ritmo vigoroso, siempre rozando el caos. Las referencias a los grupos activistas de izquierda llegan a causar rubor. Algunas escenas hacen que el espectador se sumerja en el juego del cine como gran espectáculo, y la mayoría de ellas tienen un punto divertido, pero también hay algunos momentos fallidos.

El reto de los Coen es transmitir una idea ambivalente y contradictoria de ilusión y asco por lo que se está relatando. Esta dualidad de sensaciones, que sin duda es buscada de forma deliberada por los directores, no es tan fácil de conseguir, y puede hacer que el espectador se implique con lo que está viendo. No obstante, al final prevalece el sentido de ópera bufa, que no es poco. La brillantez y el glamour de las grandes estrellas del cine palidecen y se deforman ante la lente que los Coen colocan ante nuestros ojos. Y, sobre todo, aunque un experimento tan arriesgado funcione de manera desigual, el sentido del humor y la parodia harán que apreciemos el conjunto de forma complaciente.
rober
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