Algo pasa con el cine familiar. Lo que pasa es que ver una película realmente buena de este género es una tarea ciertamente difícil. Quizás el problema sea de bases. Aunque se trate de filmes en los que las pretensiones brillen más bien por su ausencia, no menos cierto es que el objetivo que persiguen es por propia definición casi inalcanzable. Porqué cuántas películas pueden decir que han conseguido gustar de verdad tanto a pequeños como adultos? Como decía antes: no muchas. Y precisamente si de algo pueden alardear ‘Los Goonies’ es de haberlo logrado.

Entonces, cuál es la fórmula del éxito? Qué es lo que hace que una cinta encandile a gente de todas las edades a la vez que -al menos de momento- aguanta con pasmosa elegancia el implacable paso del tiempo? No creo que haya una “fórmula” exacta, y la prueba de ello es ‘Los Goonies’, cuyo triunfo sólo puede adjudicarse a un providencial alineamiento de los astros (para hacernos a la idea). Si no me creen, echemos una ojeada a su ficha técnica. Lo primero que salta a la vista son los nombres de Josh Brolin y Sean “Sam Sagaz” Astin. Así es, dos actores que como se ve, ya de pequeños apuntaban buenas maneras y que han ido creciendo sin llegar a desaparecer nunca del “star system” (¡sorpresa!). Aparte tenemos al resto del reparto que funciona como la seda. Cada mocoso hace suyo su correspondiente -y entrañable- personaje: Data, Bocazas , Gordi, Sloth… cada uno con sus defectos y virtudes. Imposible no encariñarse con ellos.

Pero sigamos con la ficha técnica porqué esto no ha hecho nada más que empezar. Al eficiente director Richard Donner se le suman ni más ni menos que… Chris Columbus como guionista y Steven Spielberg como creador de la historia! Casi nada. Tenemos pues a dos auténticos monstruos del séptimo arte doctorados en la difícil tarea de entender al gran público. No hay más que ver alguno de sus títulos más destacados para darse cuenta que las décadas pasan, pero ellos siguen conectando con el espectador. Así pues tenemos a un dream team en toda regla. Y como es de esperar, el equipo funciona a la perfección.

Uno no se da cuenta del verdadero valor de ‘Los Goonies’ hasta cuando la vuelve a ver pasado mucho tiempo. Con total sinceridad -y a riesgo de sonar algo exagerado- digo que su revisionado es una de las experiencias más gratificantes que me ha dado jamás el cine. Porqué qué bueno es ver a los héroes de tu infancia capaces aún de hacernos pasar un buen rato… e incluso descubrir que por ejemplo, todavía no habíamos captado todas sus bromas. Qué bueno es ver como una película tan sencilla y tan alejada de la perfección es a la vez tan hermosa, trepidante, divertida ingeniosa y sincera. Pero sobretodo, qué bueno es empaparse de casi dos horas de cine en las que sin darnos cuenta, en un principio se nos habló de lo que significaba ser un chaval… y después se nos enseñó a no dejar morir al niño que todos llevamos dentro.