La ganadora de este año del Festival de Sitges es este film retorcido y sangriento que ha dirigido Brandon Cronenberg, con claras influencias de su padre David Cronenberg. Un merecido premio a esta historia turbia, emocionante y salvaje.

Tasya Vos es una asesina a sueldo que trabaja para una corporación con una tecnología que le permite entrar remotamente en la mente de otra persona y anularle durante un tiempo, tomando el control de ese cuerpo que normalmente es una persona conocida del objetivo al que hay que eliminar. Después del crimen tiene que suicidarse para no dejar cabos sueltos, es cuando se produce la regresión al cuerpo original del asesino remoto.

Con una atmosfera algo enfermiza que nos recuerda a films como "Videodrome","Scanners","Existez" "Crash" o incluso "La mosca" que realizo su padre, Brandon nos ofrece un thriller visual sorprendente con escenas muy salvajes y violentas.

Andrea Riseborough (Tasy) es la asesina, que tumbada en una camilla y conectada a cables obedece todas las órdenes que le da su jefa Jennifer Jason Leigh (Girder), pero últimamente está dando síntomas de agotamiento físico, cuestionándose también lo que está haciendo. Es cuando entra en el cuerpo de Colin (Cristopher Abbot) el marido de la hija de un famoso empresario para matarlos a los dos, comienza a tener problemas, ya que la duración de la "posesión" es de unas cuantas horas, pasado ese tiempo el cerebro original comienza a darse cuenta de lo que ocurre y entran en conflicto las dos mentes.

El desarrollo de una tecnología tan peligrosa, así como la monotonía y poca empatía que demuestra la asesina como si fuera un hipnotizador para controlar un cuerpo y eliminar sin piedad a todos los que estén señalados en su lista, hacen que la historia sea muy interesante, eso sumado a una buena realización completan un film que todo amante de este género tiene que ver.
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