Marcus sale de la cárcel y pronto desarrolla un plan de estafa brillante basado en la sutileza, el estilo y lo que hoy llamaríamos la “ingeniería social”, poco a poco, sin prisas, sin sustos, sin violencia, se desarrolla una trama por demás astuta e ingenua que, mezclada con personajes entrañables y humanos, da lugar a una deliciosa historia.

La frase: Cesar Romero como aduanero en Brasil: “mira lo que este idiota americano ha traído al Brasil, un bote de café instantáneo”… tírelo a la basura.

La escena: Son muchas las escenas memorables, tal vez elija cuando quieren proponerse matrimonio y no saben cómo y sacan una carta y otra y otra…..

El momentazo: Cuando sea presidente y el sr. Gnatpole (Bob Newhart) presidente adjunto….. ”hay un montón de lógica en lo que ella dice”…y Gnatpole hasta se endereza la corbata para decirlo, genial.

La actuación: El cuarteto de protagonistas (Ustinov, Smith, Malden y Newhart) bordan la comedia interpretando papeles un tanto distópicos pero deliciosamente adaptados el uno al otro.

La película de 1968 fue dirigida por Erik Till y contó con el brillante guion de Ira Wallach y del mismo Ustinov (nominada al Oscar por ello), recordemos aquí que Ustinov escribió varios libros, recuerdo haber leído hace muchos años “El viejo y Mr. Smith” y me gustó bastante.

Los actores secundarios son de muy buen nivel destacando Robert Morley (quien acompañó a Ustinov también en “Topkapi”), el ya mencionado Cesar Romero, Anthony Sharp y varios más.

Reconocido melómano, Ustinov nombra a sus personajes ficticios con nombres de los grandes compositores y una siempre agradable música acompaña a la trama con el protagonista Marcus de vez en cuando sentándose al piano, película mas que agradable para pasar un estupendo rato.