¡Qué aburrimiento! La ambientación es buena y la atmósfera que se crea -junto con la idea del film- da para hacer una buena intriga. Pero aquí se ha decidido dar una lección existencialista apoyada en lo superficial, en lo desagradable de algunas imágenes de cara a extrañar al espectador.
Ni se incide con rigor y seriedad en las ínfulas intelectuales que da el tema (afortunadamente), ni en lo "sobrenatural" del suceso (los intentos para darle un barniz científico son de risa) ni en la parte de intriga (qué pena, allí había un filón).

El final es de vergüenza ajena; entre la serie Z y el telefilm de sobremesa de domingo. Cutre, inconexo y falto de imágenes potentes.

Las actuaciones están bastante bien pese a lo disparatado (y ridículo) de muchas situaciones y diálogos.

La dirección, ni está ni se la espera. Plana, aburrida, sin chispa, incoherente y para rematar la malísima faena, con un preocupante tufillo a telefilm de sobremesa. ¿Shyamalan, qué te ha pasado, hijo mío? ¡Has perdido tu toque!