Puede ser uno de los musicales más famosos de la década de los 80, y uno de los más curiosos que se hayan hecho nunca y que con tanto cariño se recuerda.
Recuerdo que vi este musical hace años cuando era un crío, y tenía en mi memoria muy buenos momentos sobre el mismo. Pero desde que lo vi hace décadas no había tenido la oportunidad de hacerle un visionado nuevo, y ahora que lo he hecho tengo que decir que no me ha defraudado tanto como me esperaba. Es más, me esperaba que iba a ser bastante decepcionante.
Lo primero decir que la estética me parece fantástica. Esos decorados que nos presenta una ciudad de Nueva York de una forma irreal; hacen un precioso homenaje al musical de Broadway. Y es que todo se observa que es un decoraoa que nos presenta un barrio sucio y bastante humilde. Un barrio del que es difícil prosperar y encontrar algo que llame la atención de forma grata. Pero es en ese barrio donde aparece una planta extraña que habla, canta y se alimenta de sangre.
El film está dirigido por el gran Frank Oz de una forma efectiva. Su ojo nos hace ver esta historia surrealista pero llamativa y que resulta interesante. Es cierto que cuenta con momentos que no llegan a convencer del todo, pero dichos momentos no son muchos.
Las canciones con las que cuenta este musical son en general buenas. Es más, cuenta con algunas que son realmente brillantes emulando a melodías extraídas de los años 50 y 60. Pero también cuenta con otras canciones que son totalmente prescindibles debido a que no resultan para nada interesantes; ni tampoco consiguen conectar con el espectador.
Lo que sí funciona bien son esos "efectos especiales" que están realizados a través de muñecos. Uno puede ver que esa planta se mueve, habla y canta con mucha coherencia; encajando perfectamente la voz con el sonido. Un trabajo complejo ya que no está hecha por ordenador sino que es un muñeco.
Y en la parte actoral uno puede ver un reparto realmente bueno e impresionante, con actores míticos de la década de los 80. Nombres como Rick Moranis, Ellen Greene, Steve Martin, Vincent Gardenia, James Belushi, John Candy o Bil Murray son algunos de los que se pueden ver, y con los que se pueden disfrutar con sus actuaciones y con sus canciones. Sinceramente muchos sorprenden cuando cantan.
En fin, "La pequeña tienda de los horrores" es un musical mítico de los 80 que sigue funcionando y que sigue convenciendo. Es cierto que resulta flojo en algunos momentos, pero en general es entrañable y cuenta con canciones muy buenas.