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Spain Spain · Sevilla
Mario rating:
9
Comedy. Drama Several bourgeois friends planning to get together for dinner experience a succession of highly unusual occurrences that interfere with their expected dining enjoyment. A complex, shifting, virtually plotless web of dreams within dreams within dreams, centered around a group of six outwardly respectable upper-middle class members of society and their repeatedly thwarted attempts to have a meal together - the interruptions becoming more ... [+]
Language of the review:
  • es
May 25, 2009
35 of 41 users found this review helpful
SEIS PERSONAJES EN BUSCA DE UNA CENA

El Buñuel más surrealista y más bromista dirige con tino, ésta que a mi juicio, es su mejor película. Seis personajes a los que se les suma en ocasiones un obispo, que en sus horas libres ejerce de jardinero, intentan en vano celebrar una cena. Una vez encuentran de cuerpo presente al dueño de un restaurante, otra equivocan la fecha, otra son sorprendidos por unas maniobras militares.... La idea del guión partió de una anécdota que le contó a Buñuel el productor Silberman: invitó a varias personas a cenar en su casa y olvidó que ese mismo día tenía un compromiso y también olvidó contárselo a su mujer. Los invitados llegaron cargados de flores, Silberman no estaba y encontraron a su mujer en bata y dispuesta para ir a la cama. Esa fue la primera escena de la película. El resto fue fácil, repetir la acción en distintas circunstancias. La película se tituló primero El encanto de la burguesía. Faltaba un adjetivo y Buñuel y su amigos pasaron una velada entera buscándolo hasta que el guionista Carrière propuso "discreto", de esta forma el título daba a la película otra dimensión y forma. En su encantador libro de memorias Mi último suspiro, Buñuel cuenta que cuando ya la película estaba selecionada para los Oscar fue entrevistado por cuatro periodistas mexicanos que no cesaban de preguntarle si esperaba que la película ganara el Oscar. "Les contesté muy serio que sí, que ya había pagado los veinticinco mil dólares que me habían pedido. Los norteamericanos -les dije -tienen sus defectos pero son hombres de palabra. Cuatro días después los periódicos publicaban que yo había comprado el Oscar. El Hollywood se formó un escándalo y cuando Silberman llegó de París se enfadó mucho conmigo. Le dije que sólo era una broma. Cuando a la semana siguiente la película obtuvo el Oscar, yo seguí repitiendo a mi alrededor: Los americanos tienen sus defectos , pero son hombres de palabra". Casi cuarenta años después la película tiene una frescura sorprendente. Vayan rápido al video club de guardia, se alegrarán.
Mario
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