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Argentina Argentina · Buenos Aires
Juan Rúas rating:
8
Comedy. Drama. Fantasy Tokyo is a city of transitions in three short films. A young woman who finds her life useless experiences a metamorphosis. A disheveled Caucasian emerges from a manhole to face arrest, trial, and execution; he calls himself "Merde" and speaks a language only his look-alike attorney understands. A recluse experiences human contact when a pizza-delivery girl faints at his door during an earthquake. He needs to conquer fear to seek her out. [+]
Language of the review:
  • es
October 9, 2011
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Tres historias, tres espíritus distintos, tres formas de ver el arte y la vida, tres expresiones disonantes para una Tokyo! que, reconozcámoslo, no se salva por su integración final sino más bien por sus reliquias fragmentadas, dispersas, atonales entre sí. Es que hay que buscar la armonía "de a tres" y, nuevamente como en otros tantos casos, no se ha conseguido. Perooooooooo...

1) Gondry parte de lo anecdótico para intentar alcanzar un cierto grado de universalidad. Se queda a medio camino porque elije el gag pasajero, semi trágico de una figura femenina que solo puede servir de "alfombra" (y no quiero revelar el verdadero objeto) para el descanso...para el progreso ajeno. Opta por el rápido chasquido de dedos, el montaje rápido e intermitente, la sorpresa cómica. Su idea, que parte de una solapada denuncia social, no se hunde...más bien se estanca en lo que tiene de raro y estrambótico. Y allí sienta sus eficaces pero efímeras raíces.

2) Carax hace de Merde una pancarta grotesca y sobrecargada que, no obstante, tiene como ventaja la presentación de uno de los seres más carismáticos que he visto. Merde no es un racista, es un ermitaño misántropo que se ha revelado de pronto, como si salir del armario se tratara. La propuesta es exagerada hasta el hartazgo, combina escenas geniales como la primera larga aparición en plano secuencia de ese ser deforme con la estirada y empalagosa secuencia del diálogo con el abogado. La denuncia social aparece de nuevo, mucho más explícita y mucho más "inocente" si se quiere, con un final que opta por el desconcierto y tanto logra su objetivo que el espectador ya no sabe como interpretarlo.

3) Bong Joon-ho gana por goleada: es el que mejor ha sabido plasmar en media hora sus ideas sobre la enajenación social e individual (el leiv motiv de Tokyo!). Ese sujeto aislado presenta tanto matices que el director sabe como expresarlos haciendo uso de la obsesión que padece. De esta forma la linea narrativa es más aguda, el mensaje adquiere tonos embobantes y algunos detalles la colocan como una historia de antología (la casa invadida por las plantas; la casa artística del protagonista). Su historia es la más redonda, la más sintética...quizás la que mejor ha enfocado sus propios límites.

El problema, aunque es debatible, no son las historias, sino el pequeño detalle de juntar directores tan distintos y querer construir desde ellos un universo homogéneo. Un trabajo ciclópeo que rinde sus frutos solo, y solo, por separado.
Juan Rúas
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