Un argumento diparatado y fantástico es llevado exquisítamente por Woody Allen, fina ironía, humor hecho con papel de origami; el mundo de los sueños que era el cine de aquella época depresiva, choca contra la realidad, de nuevo la ilusión es destrozada por la existencia; el director hace una mirada delicada y crítica al cinéfilo enamorado, en busca de un paliativo para su vida común y gris; Mía Farrow, en uno de mis personajes favoritos, tierna y conmovedora como la pobre mujer de vida vacía y mediocre que busca en el cine la emoción de un romance que nunca tendrá en el mundo real, por cierto Danny Aiello esta magnífico y Jeff Daniels la encarnación misma del espectáculo inalcanzable y sublime; para mí, de lejos la mejor película de Woody Allen inframente valorada apesar de que lo tiene todo y que definitívamente no dejara indeferente a nadie, conozca de cine o no.