1972. The most crucial game (Un partido crucial) realizado en 1972 es el tercer telefilm de la segunda temporada y doce de la serie, pilotos incluidos, donde se plantea en tiempo y lugar la perfecta coartada de un no tan perfecto crimen. El ambicioso empresario Paul Hanlon (Robert Culp), protagonista en otros metrajes de la serie, es administrador de las empresas donde quiere llevar a cabo una operación millonaria que le aportará un sólidas ganancias pero, el plan ha de contar forzosamente con el díscolo Eric Wagner (Dean Stockwell) dueño de la empresa con múltiples propiedades, entre las cuales un equipo de futbol americano que da sus buenos rendimientos y para el que hay múltiples propuestas en su mejor momento.

El origen: Eric es irresponsable, Paul está cansado de esa dejadez que va minando los ambiciosos intereses del administrador a la que pone fin tal y como se nos muestra en los hechos de la mano del calculador empresario, posicionándose así para controlar las empresas del joven heredero que derivan en su asesinato mediante un meditado plan donde el tiempo, y el lugar son cruciales para llevarlo a cabo. Un disfraz, una furgoneta de reparto, una radio portátil, una cabina telefónica, un niño, un sonido y algo de cloro se convierten en pruebas importantes para encontrar respuestas en el caso conocido como ‘Un partido crucial’.

Colombo y su inseparable perspicacia detectivesca hacen su aparición en escena con la preocupación del resultado en el partido que se está retransmitiendo por radio, comenzando a enhebrar la madeja entorno del sospechoso que, como es habitual en él, intuye a las primeras de cambio, cosa que no le suele fallar y por la que se guía, conduciéndole hasta el posible autor del asesinato tratando de encontrar pruebas irrefutables encontradas incluso en segundo plano, pruebas desapercibidas que finalmente se convierten en cruciales para investigar desde la imparcialidad y la no influencia (aunque sí injerencia intencionada) de agentes externos a sus sesudos y minuciosos análisis de los hechos que derivan en la fuerza interpretativa de nuestro teniente investigador.

Tras las necesarias escenas de acercamiento a los sospechosos y las importantes aportaciones del brillante elenco de secundarios entre los cuales el entrenador Rizzo (James Gregory), la 'cariñosa' Eve Babcock (Valerie Harper), o el indiscreto detective privado Ralph Dobbs (Val Avery), ayudan de forma definitiva a la resolución del caso, en una historia que no varía la estructura narrativa de los anteriores, formula con indisimulada similitud en los films de Alfred Hitchcock donde habitualmente se plantean los hechos que llevan a las causas y resultados de sus principales protagonistas por medio de las acciones, al final de las cuales siempre encontraremos al irreductible Colombo.

Complemento genealógico: Colombo cita a una sobrina política en una ocasión y a su mujer en 4, citada también una quinta vez por otro personaje.