Questi fantasmi (La guapa y su fantasma) (1967) es una película de Renato Castellani basada en una adaptación libre de la comedia “Questi fantasmi” de Eduardo de Filippo con un extenso plantel de guionistas: Reanato Castellani, Adriano Baracco, Leo Benvenuti y Piero De Bernardi. La película refleja, por su tratamiento una suerte de comedia a la napolitana. Castellani, destacado realizador del neorrealismo italiano con películas como Bajo el sol de Roma (1948), o Dos centavos de esperanza (1952). En La guapa y su fantasma, el realizador plasma la fragilidad que separa la euforia del desánimo.

Pasquale y Maria Lojacono (Vittorio Gassman y Sophia Loren) es un matrimonio que tras sentirse gratamente atraídos y consumada la boda, la situación social en la que viven y los escasos recursos les devuelve a la realidad entrando en dificultades recurriendo al planteamiento de una trágica acción por la mala fortuna que no les abandona; decisión con inmediatos resultados al límite dando con sus cuerpos donde no hubiesen deseado jamás.

En su desánimo Pasquale prueba suerte en un juego que predice su futuro inmediato; a su espalda, encuentra una casa en la que se le ofrece vivir como inquilinos según condiciones, así lo afirma Raffaele (Aldo Giuffrè) el guía de la mansión propiedad de un antiguo noble español, no siendo la primera vez que se ofrece habitarla.

En su desesperación Maria por su parte recurre a su exnovio el rico Alfredo, quien aprovechando el reencuentro con su idolatrada, trata por todos los medios posibles de los afectos existentes. La rocambolesca situación entre los protagonistas es un hecho. El confundido Alfredo desbocado frente a lo imposible, ante la leyenda del fantasma, surgirá un malentendido: ante la desesperación de los Lojacono, que alguien deberá aclararla.

Interesante metraje completado con las excelentes interpretaciones entre otros de la alegre Sayonara (Margaret Lee), el impenitente profesor y vecino Santanna (Francesco Tensi) un Escocés (Francis De Wolff) que pasaba por el lugar y el breve cameo del gran Marcello Mastroianni, además de los excelentes recursos de lo cotidiano reforzado por la consciente austeridad técnica, mostrando las ambientaciones naturales y cuidando (sin fragmentaciones innecesarias), las normas de continuidad en la narración.