La película tiene una de las mejores ambientaciones de la Gran Depresión que he visto, como Carnivale en anfetas.

Por desgracia, la historia es flojita y el peso de la misma está mal repartido. Todo el primer acto es mayormente irrelevante (con la salvedad del eco final), la historia podría comenzar directamente con Carlisle trabajando de mentalista y saltarse la parte del carnaval, que parece que está ahí simplemente para lucimiento temático.

También podría haber sido el revés, profundizar en la vida del feriante (consiste en lanzar aros) y olvidarse del bolo que se monta por su cuenta.

Pero no, lo que tenemos son dos historias casi independientes que se quedan a medias.

Pese a todo, recomiendo verla, a ser posible con las luces apagadas y con un buen sonido.