Unos herederos de no se que antepasados oprimidos de no se que justicia neo-marxista que cogieron las armas para reclamar su pseudo- libertad particular, y que no hicieron mas que dejar un reguero de sangre allá por donde pasaban.

Cargada de pensamientos contradictorios y emociones dispares que se vierten una y otra vez en nuestra cabezas. Esto es Patria. El entendimiento maduro de un problema, la repulsa sobre la defensa de una autodeterminación que no hace sino enmascarar el terrorismo mas cruel. No puede haber camuflajes si se quiere contar una historia real, un conflicto pasado-vivido con bandos opuestos debe ser tal y como se ve en pantalla: honrado y de entramado complejo. Magistral pues, la arquitectura de diseño en contextualización, caracterización y guion en todos y cada unos de los capítulos. La serie se hace desgraciadamente corta.

El dibujo de una Euskadi rota y perturbada por unas pasiones que tocan a la puerta de cada casa según llame el destino o no a hacerlo. Un retrato de dos familias iguales, distintas. Separadas por el fanatismo y el odio. Cuando la verdad no vale nada y las calles se apoderan de la vergüenza y el falso patriotismo solo queda esperar estoicamente un "me disculpas".


La serie... en definitiva, es asombrosa, los protagonistas están sublimes. Especial mención a las actrices Elena Irureta y Ane Gabaraín que soportan y dan sentido a todo el entramado desde el inicio al fin. Sin duda, Patria es de las mejores series que se han hecho nunca en nuestro país.