La película sigue la misma fórmula que Borat, son una serie de falsas entrevistas en las que Bruno al entrevistar parece un autentico retrasado mientras que la persona entrevistada no sabe por dónde meterse para pasar el mal trago.
La película comienza con Bruno vacilando a supermodelos y haciendo gags comparándose con Adolf Hitler, pero conforme suceden las escenas no deja títere con cabeza. La escena con el terrorista, la “entrevista” a Harrison Ford y las sillas que usa en su programa, la escena del juicio, la escena de la caza o la del vidente. Es de esas películas que o bien te gusta mucho o no te gusta absolutamente nada, no hay término medio. Si a los 15 minutos de película no te has reído, quítala porque no es tu humor y vas a perder el tiempo, ya que es todo el rato lo mismo.
Tengo amigos que prefieren el humor de otras comedias más convencionales o incluso de Ali G (también de Sacha Baron Cohen). Personalmente, tanto Borat como Bruno me gustaron más de lo esperado y me hicieron mucha gracia la primera vez que las vi, aunque reconozco que hay escenas de mal gusto y un poco fuertes. No obstante, si te gusta el humor absurdo y el humor negro, Borat y Bruno son dos comedias imprescindibles a las que por lo menos deberías dar una oportunidad.
Otro ejemplo claro es el de Torrente (la 1 y la 2, que son las buenas) pues a pesar de usar un humor de mal gusto, a muchos espectadores nos encanta.