Hay películas malas, películas buenas y películas que sin ser especialmente buenas ni especialmente malas, te quedas con la sensación de que nunca deberían haberse rodado. Eso es lo que sucede con “The Day”. Barata como la vajilla de un todo a cien chino, sosa como la sopa de sobre y con la misma ambición que un berberecho de rio. ¿Por qué diablos hay gente que invierte los pocos ahorros que le quedan en producir una cosa como esta? Y repito que no es que “The Day” sea mala, es que sencillamente es la cosa más innecesaria que puede ver uno hoy en día. El guion promete todo cuanto nunca llega a ofrecer, la premisa básica es una copia barata y desafortunada de “The Road” y la dirección se limita a estropear todos y cada uno de los planos con una iluminación tan escasa y recargada que impide distinguir a los actores de las paredes de la casa donde transcurre la acción. Es de esas películas que si, transcurridos diez minutos, se va la luz de todo el barrio, agradeces el hecho y sales a pasear a la calle a que te dé el aire. ¿Por qué diablos alguien pretende ser artista cuando sabe que todo cuanto tiene entre manos es de mala calidad? Las excesivas pretensiones de la propuesta lastran todo el film que avanza sin ritmo ni ganas hasta un final tan tonto que asusta. ¿Recomendable? Ni sí ni no ni todo lo contrario. Aunque personalmente opino que siempre es mejor una patada en la espinilla a sufrir “The Day”.