Ya conocemos de otros inventos cinematográficos, la historia de un joven millonario caprichoso, seductor (?) , misterioso, de pasado oscuro, ya sea con tormentos más propios de una sesión de terapia psicológica o porque es de mala entraña nomás.
Nadie, en su sano juicio, puede creerse la ingenuidad del personaje femenino que parece trasplantada del siglo XIX y traída de los pelos a éste, que no entiende nada, que solo expresa sus inquietudes (de todo tipo) mordiéndose el labio inferior.
El éxito de esta pésima película, es precisamente todo el marketing que han montado a su alrededor. Por eso todo el mundo la ha visto, incluida yo. Esperé el tiempo suficiente para verla un poco después del boom de su estreno y no me equivoqué, ya en ese momento pensé que no valía la pena su visionado y ahora, lo vengo a comprobar. Cero erotismo, cero emoción, cien por ciento de ganas de dormir. Lo único rescatable de este film es su banda sonora. Una auténtica porquería. Están avisados.