Michael Greenspan dirige esta peculiar cinta protagonizada por Adrien Brody arriesgando demasiado tanto en la forma como en el fondo. Y eso se nota sobremanera al terminar el visionado, porque tras un comienzo que atrapa la atención del espectador, todo se va diluyendo hasta un final tan convencional y falto de chispa que echa por tierra todas las penurias por las que pasa nuestro único protagonista.

La propuesta pasa de resultar interesante en un principio a tediosa según avanza, y no es precisamente culpa de Brody, que empeño pone en su interpretación ya que acapara en absoluto cada plano y cada secuencia. En algún momento sufrimos junto a el y pensamos que haríamos en su situación, pero se echa en falta y mucho, un clímax que eleve el conjunto y haga que merezca la pena todo lo visto anteriormente.
Sin embargo eso no ocurre y se opta por lo convencional, por lo que Wrecked pasa sin pena ni gloria ante nuestros ojos dejando una débil huella que poco dura en nuestra memoria. Lo mas destacable es evidentemente el trabajo de un Adrien Brody que ofrece una interpretación notable sin llegar a ser sobresaliente.

Seguramente una dosis de riesgo le hubiese sentado mejor a una cinta bastante mediocre de la cual solo es es destacable su actor principal y la lucha contra los elementos que libra sin descanso mientras la trama se desinfla cual globo hasta los créditos finales.

Bastante floja y predecible.
Lo mejor: Adrien Brody y algún momento puntual.
Lo peor: el poco riesgo que corre el director y su rumbo convencional.