Estamos ante una película que pretende hacer pasar un buen rato al espectador. Desde mi punto de vista, lo consigue. Aunque solo sea por eso, visto como está el panorama del cine últimamente, ya merece la pena ir a verla.
Está rodada con un buen ritmo, lo que hace que al final se haga un poco corta. Tiene momentos francamente hilarantes y la interpretación, sobre todo de las actrices principales Concha Velasco y Rosa María Sardá, es impresionante.
Además, por si esto fuera poco, tiene su punto de crítica social contra la especulación y también a favor del colectivo gay.

En resumen: merece la pena ir a verla