Lo de Matthew McConaughey ha sido un cambio impresionante desde sus primeros tiempos con "El Inocente" y diversas comedietas amorosas de medio pelo, culminado con el Oscar por este "Dallas Buyers Club" en una temporada en la que además se ha lucido en "True Detective", "Mud" y "El Lobo de Wall Street" (¡y esperamos que vengan más éxitos, porque ha demostrado ser un actorazo!). La historia de este mecánico amante del rodeo algo paleto, juerguista, mujeriego y homófobo, y la gesta que protagoniza tras conocer su enfermedad, podía haber sido fácilmente carne de cañón para el melodrama barato con aroma de telefilm, pero creo que Jean-Marc Vallée logra sortear los peligros entregando una cinta sin virtuosismos, pero veraz y emocionante. Y por supuesto, eso ya lo sabíamos, se apoya en gran medida en el portentoso trabajo de sus (merecidamente) oscarizados intérpretes. Tanto Jared Leto como Matthew McConaughey están inconmensurables, pero más pasmoso es lo que está haciendo en los últimos años este último: una metamorfosis que culmina, a lo grande, con esta película.
Además de estas dos interpretaciones destacables, la cinta presenta una visión bastante “alternativa” de los inicios de la pandemia del VIH que nos llega con mucho retraso y que supera con creces a todos los dramones exagerados tipo “Philadelphia”.