Primera adaptación al cine de "Drácula", que cambió de título y de nombre a los personajes por temas legales y que sobrevivió tras una larga odisea. Es encomiable la tenebrosa escenificacion conseguida con los escasos recursos que tenían en esa época, y sobretodo la escalofriante caracterización vampírica del actor Max Schreck. Por otro lado desentonan varias escenas que rozan sin querer lo humorístico, o que están alargadas en exceso mientras otras más relevantes se interrumpen súbitamente, quizás por la pérdida de metraje debido a la quema de los negativos originales. Aún así su interesante inicio y espectacular final nos brindan planos de una belleza visual asombrosa que juegan con las luces y las sombras en el lienzo de una película que ha dejado imágenes para la posteridad.

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